Jóvenes que se desviven por los demás …

Suelo escuchar, perdónenme si usted no lo dice, que los jóvenes de hoy en día podemos llegar a ser vagos, cómodos o poco resolutivos. Realmente es algo que no entiendo. Puedo asegurar que he tenido la tremenda suerte de conocer a muchos que demuestran ser lo contrario a lo que se ha planteado en la primera frase. Le hablo de jóvenes que se desviven por los demás, comprometidos con lo que hacen y muy sensibles con las situaciones que ocurren a diario en el mundo.

 

En relación con lo anterior, te quiero hablar de la famosa “zona de confort” ‘ese lugar que hemos visto escrito en infinitas imágenes de motivación o hemos escuchado a nuestros profesores o mayores cuando nos animan a hacer lo que nosotros, por miedo o respeto, no nos atrevemos y el “espíritu de compromiso” puerta de salida de ese territorio plano y anodino. Pero ¿qué por qué salirnos de ella? Porque nosotros, los universitarios y los que aún no han entrado o terminado, queremos apostar por una vida que vaya más allá del terreno fácilmente controlable.

No sé si conocerán al ‘youtuber’ LuzuVlogs. Pues bien, en uno de sus vídeos, titulado ‘El camino hacia el éxito’, comenta lo siguiente: “¿Cuánta gente que ha tenido éxito en la vida ha sido realista? La persona que inventó internet, un medio de comunicación que conecta, de manera invisible, a todas las personas del mundo no estaba siendo realista. El éxito, según dijo un sabio tiene uno por ciento de inspiración y un 99 de transpiración, es decir, de trabajo”. La vida no está hecha para los que no trabajan, está perfectamente diseñada para que triunfen los que curran. Y cuando hablamos de “triunfo”, lo presento como una plenitud  si cabe más interior que exterior. La vida está hecha para que nosotros, los jóvenes, demos un paso al frente.

Lleva dos y va por la tercera, incansable. El Papa Francisco estuvo en la JMJ de Río de Janeiro en 2013, en la de Cracovia en 2016 y, si Dios quiere, estará en la de Panamá en 2019. En una de sus intervenciones en la de Brasil dijo esto: “Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, que juguemos en su equipo. Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, de un futuro con Él que no tendrá fin allá en la vida eterna. Pero nos pide que nos entrenemos para estar en forma y que afrontemos sin miedo todas las situaciones de la vida”. Aparece la palabra compromiso y nos asustamos porque implica dar todo lo que tenemos para ponernos al servicio de los demás. Y yo te pregunto, ¿Estamos dispuestos a salir de esta zona acomodada, abandonando la mediocridad, para seguirle? El mundo nos necesita y Él nos necesita para el mundo.

Las personas comprometidas tomamos la firme decisión de arriesgar por nuestros sueños, por nuestra pasión, por aquello que nos da una alegría auténtica, real, fecunda y profunda saliendo de nosotros mismos… El compromiso es un estilo de vida que se nos ofrece a todos nosotros. Es aquel que nos hace salir de los límites del adocenamiento, no conformarnos con poco y ser mejores. Nos ayuda a aportar, más y mejor al mundo y crecer en esa opción de largo recorrido a la que todos/as estamos llamados/as y para la que tenemos al mejor aliado:  Jesucristo y la fuerza de Su Gracia.

Jaime Pastor

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