Ready Player One

Una buena ocasión para reunir a la familia.

“E.T.”, “Jurassic Park”, “Los Goonies” o “Regreso al futuro” son solo algunas de las películas que Steven Spielberg tiene en su haber. Su trabajo ha sido reconocido por la crítica y el público a partes iguales. Con 18 nominaciones a los Oscar y 4 estatuillas, muchas de sus películas se han convertido en clásicos. Y atención, porque para 2020 ha firmado con Disney el estreno de la quinta entrega de “Indiana Jones” junto a Harrison Ford.

Sus películas cuentan historias trepidantes: un héroe que se forja en la adversidad; un villano; un grupo de amigos que persiguen el mismo objetivo… Aunque se trate de tramas clásicas, son historias que engrandecen al hombre y atrapan al espectador. Historias sanas y con sabor aspiracional.

“Ready Player One” va en esta línea y lo hace de una forma original. Quiere convertirse en clásico rindiendo tributo a otros clásicos: “King Kong”, “Star Wars”, “Superman”, “El resplandor”, “Godzilla”… Pero también homenajea a iconos de la música, como Michael Jackson o Duran Duran; a héroes de la infancia, como los Power Rangers o Tortugas Ninja; y, cómo no, al mundo de los videojuegos. Y es que Atari, la videoconsola que inventó la industria de los videojuegos, es protagonista involuntaria.

El filme se desarrolla en una distopía, concepto de moda que hace referencia a una ficticia sociedad futura en decadencia, con tintes apocalípticos. En la película, la población se hacina en minúsculos bloques de viviendas, malviviendo y obsesionada con un mundo virtual llamado Oasis. Aquí, cualquiera puede ser lo que desee, sin dar explicaciones a nadie. Entre tanto, una empresa de la competencia trata de hacerse con el control, empleando métodos poco éticos.

Podría parecer una historia demasiado futurista, pero ciertamente no queda tan lejos. Recuerda en gran medida a la sociedad actual, abandonada a su suerte en un mar de apariencias, redes sociales y grandes corporaciones que ansían ganar dinero a costa de la privacidad de sus usuarios. Facebook es un ejemplo.

“Ready Player One” es una gran historia que Spielberg rescata de la novela homónima de Ernest Cline. Apropiada para todos los públicos, con buenas actuaciones y moraleja final, la última cinta de Spielberg resulta muy pedagógica respecto a las relaciones humanas, la privacidad y el uso de las nuevas tecnologías. Dicho de otra manera: entretenimiento de calidad y una buena ocasión para reunir a la familia.

 

Guillermo De Lara

 

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