Resucitado

Aunque la comparación con La Pasión de Cristo surge inevitable, ambas películas no sólo abordan momentos históricos distintos, sino también géneros diversos. El film de Mel Gibson es un drama religioso hiperrealista de gran hondura teológica, mientras que Resucitado podría ser calificado como thriller bíblico.

Dirige Kevin Reynolds, que coescribe el guión junto a Paul Aiello. La película, dividida en dos partes claramente diferenciadas, combina entretenimiento, emoción, recreación histórica y relato evangélico, con la intención de atraer a un público amplio: creyentes y no creyentes; adolescentes que buscan acción y suspense, y adultos de todas las edades interesados por un cine de relaciones humanas.

El elenco de actores está encabezado por un convincente Joseph Fiennes en el papel de Clavius, un tribuno romano testigo de la muerte en la cruz de Jesús de Nazaret, a quien Pilato (Peter Firth) encarga que encuentre el cuerpo del Crucificado. Una misión que le exigirá realizar detenciones, interrogatorios… e incluso exhumaciónde cadáveres, pero que también le llevará más allá de la búsqueda de ese presunto “cuerpo robado”.

Reynolds y Aiello han escrito una historia que se ciñe con fidelidad a los textos evangélicos, una decisión loable que –además de esquivar la polémica– les da una gran libertad creativa para desarrollar el personaje de Clavius. En este sentido, es un acierto la contraposición entre el protagonista y Pilato, dos hombres ambiciosos con aspiraciones dispares: a Pilato sólo le interesa hallar el cuerpo del Nazareno para su propia tranquilidad; Clavius quiere saber la verdad, justo lo que a Pilato nunca le importó.

El film presenta a un Jesús (Cliff Curtis) muy familiar, alegre y misericordioso (la escena con el leproso resulta conmovedora), y a unos Apóstoles sencillos e idealistas. En cambio, la presencia de la Virgen es testimonial y sólo la vemos fugazmente al pie de la cruz, mientras oímos sus gritos de dolor; una decisión poco afortunada que es quizá el descuido más relevante del guión.

En cualquier caso, Resucitado tiene el mérito de recuperar parte del clasicismo de las películas de romanos y bíblicas, sin renunciar a los recursos del cine moderno. Una propuesta que puede marcar el camino a futuras producciones, de modo que logren armonizar el espectáculo con la verdad del hecho religioso.

Juan Jesús de Cózar

 

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