Viernes del Cautivo en San Ildefonso

La Cuaresma nos sitúa cada año en un contexto de tradiciones que en algunos casos llevan siglos configurando la religiosidad de miles de sevillanos. Es el caso de la devoción a Jesús Cautivo, que se manifiesta en diversos puntos de la geografía diocesana con unas connotaciones particulares en cada caso. Uno de estos enclaves es la parroquia sevillana de San Ildefonso, donde se venera desde 1909 la imagen de Jesús Cautivo y Rescatado.

Es viernes de marzo, día del Cautivo. Del interior del templo parroquial de San Ildefonso surge una cola de fieles que hace suyas las calles de la feligresía. Jóvenes, mayores, hombres y mujeres procedentes de numerosas localidades de la Archidiócesis, acuden a este templo alfalfeño para renovar su cita anual con una devoción transmitida de generación en generación desde el siglo XVII.

Esta devoción a Jesús Nazareno Cautivo y Rescatado tiene sus primeras referencias en las contiendas del norte de África, concretamente en la fortaleza de La Mámora (Mehdía, en el reino de Fez). De allí pasó a la Península gracias a los religiosos trinitarios, y desde 1686 se venera a Jesús de Medinaceli en la capital de España. El Cautivo que concita hoy la devoción de miles de sevillanos en San Ildefonso llegó a este templo en 1909, procedente de la iglesia de San Hermenegildo. La imagen, restaurada por José María Gamero en 1998, representa a Jesús en la Torre Antonia, después de ser presentado al pueblo por Poncio Pilatos y antes de que cargue la cruz camino del Calvario.

Agenda del mes de marzo en San Ildefonso

La imagen ocupa el retablo donde estuvo el Cristo del Calvario hasta 1908, y si bien hay un goteo incesante de devotos durante todo el año en torno a esta capilla –de lo que da fe su párroco, Geraldino Pérez-, la cercanía con el Cautivo se manifiesta de forma multitudinaria durante el mes de marzo, que es cuando se celebran sus cultos. El 27 de febrero comenzó el triduo y cada viernes, desde entonces, se renueva la cita del pueblo en este foco de devoción. La agenda se cierra con el besapies que mantiene abierta la iglesia desde las siete y media de la mañana hasta las nueve y media de la noche del 16 de marzo, y el viacrucis que se celebrará el día 23.

Así son los prolegómenos de la Semana Santa en una collación tan cofrade como la de la Alfalfa. Una víspera cuaresmal que se vive en clave popular y que se manifiesta en numerosos gestos e imágenes, como las velas que ocupan todo el pasillo central de la parroquia hasta los pies del Señor. Se trata, además, de una tradición intramuros, ya que son muy contadas las veces que el Cautivo de San Ildefonso ha procesionado por las calles del barrio. La última vez el 31 de marzo de 2017, coincidiendo con el 175º aniversario de la bendición del templo de San Ildefonso.

 

Fotos: Miguel Ángel Osuna

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