Buscando a Nemo

¿Dónde verla?: En Disney+

«Buscando a Nemo”, una de las muchas obras de arte de Pixar, cumple 20 años. Es una historia tan bella como agónica, con un realismo en 3D que sorprende. Un éxito de taquilla que la sitúa entre las pelis de animación con mayor recaudación de la historia y ganadora de un Oscar. Ahí es ná.

Si tuviera que resumir el argumento en una frase, diría: Marlin, un pez payaso, recorre el océano en busca de Nemo, su hijo. Aunque, visto en perspectiva, es mucho más que eso. Es, para empezar, un viaje en el que un padre aprenderá a ser padre. Y es que, antes de nacer su retoño, Marlin pierde de forma repentina a su esposa, convirtiéndose sin quererlo en un papá temeroso y sobreprotector.

En esta odisea, que le llevará de su cómodo arrecife a la costa de Sidney, aprenderá a lanzar a su hijo al océano y dejarle crecer. Es algo que no nos viene mal a los padres, especialmente a los primerizos; una moraleja que nos hace ver la necesidad de formar a nuestros hijos y dejarlos volar o, en este caso, nadar. Así lo reconocía Andrew Stanton, unos de los directores del filme, que forjó el personaje de Marlin inspirándose en su propia experiencia como padre.

Especialmente divertido es el papel que juega Dory, una suerte de Sancho acuático y una improvisada compañera de aventuras para Marlin. Ella le guiará, a pesar de la resistencia de su particular Don Quijote, hasta Nemo.

Es una cinta que gustará a toda la familia, en parte porque se trata de un largometraje absolutamente desternillante. Junto al mencionado dueto Marlin-Dory, encontramos un divertido elenco de personajes secundarios que aliñan, con mucho acierto, la trama: un trío de tiburones vegetarianos, los compañeros de pecera de Nemo o las tortugas hippies que surcan las corrientes.

Mención especial merecen los guiños que suele realizar Pixar. En este caso, destacan tres referencias a grandes clásicos del cine: “El resplandor”, de Stanley Kubrick, y dos obras de Alfred Hitchcock “Psicosis” y “Los pájaros”. Quien se anime, los hallará sin problema.

En conclusión, una buena peli para reunir a toda la familia, disfrutar del cine en casa y, tal vez, acompañarla de una posterior tertulia para comentarla y poner la guinda al pastel. A los padres nos hará reflexionar; a las madres, por extensión; a los hijos les dará un chute para su autonomía…, y a todos les hará reír a carcajadas.

Guillermo De Lara Domínguez

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