Cherry Matheus: “Dios ha sido inmensamente bueno conmigo”

Cherry Alexander Matheus Laya
Venezuela, 1967
Abogado
Catequista y voluntario de Cáritas de la Parroquia San Antonio María Claret, de Sevilla

 

 

Cherry nació en La Guaira, Venezuela. En el año 2005 conoció a su esposa sevillana, María Luisa, un par de años después decidieron casarse y emprender una nueva vida en España.  “A diferencia de muchas otras personas, mi vida como emigrante no ha sido difícil, gracias a Dios, a mi esposa y a su familia, que siempre me han hecho sentir como en casa. Claro está, nunca he dejado de extrañar y añorar mi país, sobre todo a mis seres queridos”, expresa.

Pertenece a la Parroquia San Antonio María Claret, de Sevilla, y es catequista prebautismal. También ha sido voluntario de Cáritas Parroquial durante algunos años. Actualmente colabora con la Delegación Diocesana de Familia y Vida y desde hace cinco años ha fortalecido su vínculo con la Fundación Cardenal Spínola de Lucha contra el Paro. Pese a sus múltiples servicios pastorales, se considera “un pobre instrumentos en las manos de Dios”.

Es plenamente consciente de “que Dios siempre camina a nuestro lado, especialmente en los momentos difíciles”. Cree con “firmeza y seguridad” en la acción operante de Dios en su vida. La fe vivida y celebrada en el día a día “a veces no es fácil, pero Él siempre viene a nuestro encuentro”, añade.

“Desde que nos casamos hemos tratado de formar parte de una comunidad de fe, algunos años caminamos en un movimiento llamado familia de Betania, pero desde hace un año formamos parte de los Equipos de Nuestra Señora”, afirma.

Para él “la oración en familia, la lectura de la Palabra, el rezo del Rosario, la vivencia de los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Confesión, el ejercicio de la caridad y el encuentro con los hermanos” le ayudan a crecer y fortalecer su fe diariamente.

“Dios ha sido inmensamente bueno conmigo siempre, nunca me ha faltado una mano amiga, he recibido constantemente el afecto y cariño de las personas que han pasado por mi vida durante todos estos años. En definitiva, he experimentado su amor incondicional”, subraya.

Mirar con los ojos de Dios

El 25 de septiembre, la Iglesia celebra la Jornada del Migrante y del Refugiado. Al respecto, los obispos españoles han escrito un mensaje en el que exhortan a los cristianos a “atreverse a mirar el futuro de las migraciones con los ojos de Dios”.

A juicio de Cherry, “la vida de los desplazados y refugiados son hoy lugares privilegiados desde donde Dios habla. La Iglesia en este sentido invita a la práctica de la hospitalidad permanente y la actitud de las puertas abiertas, las físicas y las del corazón”.

Este venezolano radicado en Sevilla desde hace 15 años destaca la dimensión espiritual de la acogida “que no se reduce a compartir bienes materiales exclusivamente, sino que va más allá, que toca y se aproxima a la fibra del corazón del prójimo”.

“En los años que llegué a España era difícil encontrarme con algún compatriota, ahora son muchos los venezolanos que viven en Sevilla, y para la mayoría no ha sido fácil emigrar, pero con trabajo y esfuerzo están saliendo adelante, gracias a Dios y a la acogida de la Iglesia y de las familias”, manifiesta.

Finalmente, para Cherry la gratitud en la vida es un dúo cristiano y necesario. Son inseparables. “Doy gracias en nombre de los hermanos venezolanos por el apoyo recibido y pido para todos nosotros el auxilio de Dios y la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela”.