¿En qué momento de la Misa se puede pedir algo a Dios?

El Papa Francisco enseñó que en el silencio después del Credo y de la Oración Universal durante la celebración de la Misa, los fieles pueden pedir a Dios todo lo que necesitan, pero “las pretensiones de la lógica mundana no despegan hacia el Cielo, así como las demandas autorreferenciales no son escuchadas”. Y habló del “derecho” de los fieles a recibir la Palabra de Dios con una “buena lectura y predicación” (homilía). El sacerdote que no haga con “fervor” esa misión “falta” a ese “derecho”.

Lo dijo el pasado 14 de febrero 2018 en la Plaza de San Pedro durante la audiencia general, en el día en que la Iglesia da inicio a la Cuaresma, es decir, el periodo de conmemoración de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto haciendo ayuno y rezando.

“Nosotros no creemos”, dijo al referirse al poder de la oración en la Misa y agregó: “tenemos poca fe”. “Pero, si nosotros tuviéramos una fe, como dice Jesús, del tamaño de un grano de mostaza, recibiríamos todo”.

El Pontífice ha continuando con el ciclo de catequesis sobre la Santa Misa y enfocó su meditación en la Liturgia de la Palabra: El Credo y la Oración Universal.

El Papa instó a los fieles a pedir a Dios con fe todo lo que el Espíritu les dicte tras la lectura de la Palabra. “Recordemos, en efecto, lo que ha dicho el Señor Jesús: ”Mientras ustedes permanezcan en mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán” (Juan 15, 7)”.

Sin embargo, advirtió que “las pretensiones de la lógica mundana no despegan hacia el Cielo, así como las demandas autorreferenciales no son escuchadas”.

Francisco recordó que durante la Oración Universal, después del Credo, es “el momento de pedir las cosas más difíciles en la misa; las cosas de las cuales necesitamos. Lo que queramos se realizará, será hecho de una u otra manera”.

“Todo es posible para el que cree, dijo el Señor. ¿Qué respondió el Señor a ese hombre al cual dirigió esas palabras?  ‘Todo es posible para el que cree”.

Luego invitó a los presentes a rezar así con este “espíritu de fe: “Señor yo creo, pero ayuda a mi poca fe”.

Fuente: Aleteia