¡GRACIAS POR TANTO!

Cuántas veces les habré preguntado en catequesis: ¿Cómo entramos en la Iglesia? Y cuántas veces les habré oído responder entre risas y remedándome: “… al edificio por la puerta, a la Iglesia por el bautismo”. La alegría de los más pequeños le pone música y ritmo a todo, hasta a convertirnos en hijos de Dios por el sacramento del bautismo.

En la parroquia nacemos en la fe y descubrimos que somos una gran familia. La parroquia, esa otra casa que tenemos todos los creyentes y que está presente en todos los momentos importantes de nuestra vida.

La fe hay que vivirla en comunidad. Recupero los versos de José Agustín Goytisolo: “Un hombre solo, una mujer así tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada…”. Todos juntos somos todo. Somos la Iglesia. Y palabras como Fe, comunidad, parroquia y comunión van íntimamente ligadas.

Mi párroco lo repite a menudo, que no se puede vivir la fe de forma aislada como en una isla desierta, que tenemos que hacerlo con los hermanos; que solo así algún día dirán en el cielo: que pasen los de … y entraremos juntos a disfrutar también juntos de nuestra salvación.

Cuando en la celebración de la Eucaristía hacemos profesión de fe, cuando rezamos el credo todos puestos en pie, somos una sola voz, una fe personal que se proclama en asamblea.

Solamente juntos y trabajando en familia, desde nuestras parroquias lograremos acercar el Reino de Dios a la tierra.  Ofrece tu tiempo, tus dones, tu oración, tu donativo. Agradece por tu hogar de fe.

¿Gracias por todo? Me parece poco ¡Gracias por tanto!

María José García, periodista y catequista

Post relacionados