De Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección, un mensaje de paz y amor

Este pasado Domingo de Ramos la Virgen de la Paz, de la Hermandad de la Paz, llevaba en sus cirios dos palabras: paz y vida. El lema de la Hermandad es: El fruto de la Victoria de Cristo es la Paz. La combinación de paz, vida y amor tiene efectos transformadores en cualquier relación a escalas muy distintas, de lo individual a lo local y también a escala global. Hoy se discute a nivel de geoestrategia mundial si vivimos en un mundo unipolar, bipolar o multipolar. No parece que el paisaje que se dibuja ante estas alternativas este presidido por la paz y el amor. Actualmente hay en el mundo numerosos conflictos armados. Según datos de ACNUR, existen en el mundo 70,8 millones de personas que están forzadas a desplazarse de su lugar de origen por conflictos armados, bien originados por guerras civiles o por guerra entre Estados. De acuerdo con Wikipedia hay actualmente 53 guerras activas. La guerra de Ucrania, iniciada por la invasión rusa sobre este país, es muy grave. No parece que inspire un mundo que busca la concordia y la paz, camino para el bien común. Pero hay otros conflictos, este siglo está viviendo situaciones de guerra en Siria, Sudán, República Centroafricana, Nigeria, República Democrática del Congo, Afganistán, franja de Gaza, Pakistán, Irak. Europa se muestra como un espacio deseado para los migrantes que huyen de conflictos, lo vemos en la tragedia de Ucrania, pero también en relación con los migrantes africanos que chocan con concertinas y mueren en el mar Mediterráneo, y los que huían del conflicto en Siria. También hay muchos campos de refugiados como el existente en Tinduf (Argelia) que recoge refugiados saharuis desde hace 45 años. Todos estos ejemplos nos muestran imágenes alejadas del amor y la paz en este tiempo de Semana Santa.

Cada día esta semana vemos pasos con imágenes en los pasos que recorren las calles, que nos muestran el camino seguido por Jesús desde la entrada en Jerusalén hasta su Resurrección. Cada escena que vemos es un mensaje de amor, comprensión, entrega y paz. El tiempo de Semana Santa, como cualquier época del año es tiempo para leer el Evangelio y meditar su contenido. En el libro de Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, en su segunda parte, describe el tiempo de la vida de Jesús que transcurre entre la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección. Consideramos que es un libro de lectura muy recomendable en este tiempo que vivimos. Son muchos los acontecimientos de este tiempo esencial en nuestra fe, y están explicitados de una manera magnifica en el libro de Benedicto XVI. No es objeto de esta contribución al blog realizar un relato de la inmensa sabiduría interpretativa de los hechos del Señor que relata el libro. Pero escogeremos algunos para invitar a su lectura completa.

Nos refiere a Marcos (11, 17) donde se manifiesta la purificación del templo frente a los que lo convierten en cueva de ladrones, una clara manifestación contra los abusos. El mundo es un templo de oración global y la geopolítica actual, impregnada de tecnocapitalismo lo ha convertido en cueva de ladrones. El Evangelio en su conjunto nos da mucho material para la interpretación y análisis del mundo actual. La Semana Santa, observando las procesiones y visitando los templos nos genera un campo apropiado para la meditación. La Oración del Señor en el Huerto de los Olivos, de acuerdo con el libro citado, nos hace un llamamiento a la vigilancia ya que la somnolencia, mostrada a través de los discípulos esa noche, es una ocasión favorable para la manifestación del poder del mal a través del embotamiento del alma que conduce a que no nos inquiete la injusticia y el sufrimiento que devastan la Tierra, de acuerdo con Benedicto XVI. Nos remite el texto a Juan (18, 36) cuando Jesús dice “Mi reino no es de este mundo. Mi reino no es de aquí”. De acuerdo con el Papa Emérito, con estas palabras Jesús crea Jesús un nuevo concepto de reino y de realeza, en definitiva de poder, que nos debe hacer meditar. Jesús en la cruz constituye un pasaje esencial de la Semana Santa, con una importante imaginería que lo muestra. La primera palabra de Jesús en la cruz es, siguiendo el relato del libro: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas, 23,34). Las mujeres junto a la cruz tienen su lugar en el libro y todos los evangelistas recogen el hecho. Y al tercer día resucitó. De acuerdo con Benedicto XVI, el tercer día no es una fecha teológica sino el día de un acontecimiento que para los discípulos ha supuesto un cambio decisivo tras la catástrofe de la cruz. Al tercer día se descubre el sepulcro vacio y ocurre el encuentro con el Resucitado. De acuerdo con el Papa Emérito, Jesús viene del mundo de la pura vida, viene realmente de Dios. Salgamos a la calle, con todas las precauciones posibles dentro de la realidad que vivimos, a vivir la realidad del recorrido de las Hermandades y Cofradías. Pero miremos en el corazón cada uno lo que representa la Semana Santa.