Caridad y virtudes para una política al servicio de los DH y la paz

Nos recuerda el Papa Francisco que el compromiso inspirado en la caridad, es decir en el amor, tiene un valor superior al compromiso meramente secular o político. Nos preguntamos: ¿Inspira el amor al compromiso político? El amor a criaturas, al conjunto de la Biosfera, al otro aunque sea distinto, al bien común, a tantas cosas buenas que hay en el mundo y el planeta. Dice el Papa, recordando frase de Benedicto XVI, nuestro Papa Emérito, “La acción del hombre sobre la tierra, cuando está inspirada y sustentada por la caridad, contribuye a la edificación de esa ciudad de Dios universal hacia la cual avanza la historia de la familia humana”. De nuevo la idea de la Ciudad de Dios hacia la cual debería marchar el conjunto de la humanidad.

El edificio de la Ciudad de Dios lo construimos entre todos, y nos recuerda el Papa Francisco que “es un programa con el que pueden estar de acuerdo todos los políticos, de cualquier procedencia cultural o religiosa que deseen trabajar juntos por el bien de la familia humana, practicando aquellas virtudes humanas que son la base de una buena acción política: la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad”. Las virtudes citadas son las que deberían ser el compromiso del buen político y, en el comportamiento de algunos nos parece que no aparecen: justicia, equidad, respeto mutuo, sinceridad, honestidad y fidelidad.

Vivimos en Andalucía tiempos de cambio y es tiempo de que los nuevos políticos que van a regir nuestro destino en los próximos años lean y mediten este mensaje del Papa Francisco. El Papa nos insiste en que cada cita electoral es una oportunidad: “Cada renovación de las funciones electivas, cada cita electoral, cada etapa de la vida pública es una oportunidad para volver a la fuente y a los puntos de referencia que inspiran la justicia y el derecho. Estamos convencidos de que la buena política está al servicio de la paz; respeta y promueve los derechos humanos fundamentales, que son igualmente deberes recíprocos, de modo que se cree entre las generaciones presentes y futuras un vínculo de confianza y gratitud”.