La ciudad de las mil caras

Este pasado domingo 30 de mayo, el Ayuntamiento de Sevilla, en la festividad de san Fernando, ha concedido las medallas de la ciudad de Sevilla y otros galardones como Hijo Adoptivo e Hijo Predilecto de la ciudad. El alcalde-presidente del Ayuntamiento de Sevilla, don Juan Espadas Cejas, cerró el acto con un discurso de gran calado. Antes de comentar su esencia, expresar el agradecimiento, con seguridad de todos los que allí estábamos, por el baño de arte, de música y danza que nos regalaron. Una auténtica expresión de lo mejor del alma humana.

El alcalde de Sevilla habló de Sevilla como la ciudad de las mil caras. Es una hermosa metáfora que con seguridad utilizaré citando su fuente. Invitó el alcalde, en un breve pero intenso discurso final a sumar el conjunto de esos rostros que agrupan las mil caras de la ciudad, combinando las distintas ciudades que conforman Sevilla. En todas las ciudades hay muchas ciudades, a veces invisibles, como expresa en otro contexto Italo Calvino. Invisibles, pero que están y hacen posible la vida global de la ciudad. El alcalde habló de equilibrar, es lógico, las urbes muestran desequilibrios que hay que regular. La ciudad de Sevilla actual ha iniciado un camino sin retorno, porque no hay alternativa, hacia una ciudad más equilibrada. El camino será largo, pero es el único camino. Esas mil caras que cita el alcalde están ahí, esperando una respuesta, y cooperando a una vida mejor para todos en cada barrio.

Estamos sufriendo una sindemia (convencionalmente pandemia) que ha castigado y castiga a los más débiles, el alcalde llama a la recuperación y a redescubrir. Quizás descubrir aspectos de la ciudad que desconocemos. Los fondos europeos implicados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia deben llegar a las ciudades, a sus barrios, a esos pequeños negocios que han cerrado, a sufridos autónomos, en muchos rostros de la ciudad, ahora entristecidos por una injusta sindemia de oscuro origen. Tiene razón el alcalde de Sevilla, en esta ciudad hay muchas caras, muchas vidas, mucha generosidad y esfuerzo.

En el acto de entrega de medallas y distinciones de Sevilla se podía ver unido al gobierno municipal, representado por el alcalde, a los diferentes partidos que integran la municipalidad en la persona de sus portavoces. Se necesita la unidad de esfuerzo para la empresa común de Sevilla. Dar visibilidad a las mil caras de Sevilla en un marco solidario, justo y equitativo, en una ciudad solidaria, convivial y sostenible es la meta común. Dijo el alcalde, y la prensa de Sevilla lo ha recogido bien, que los galardonados en este acto del día de san Fernando, un día grande para la ciudad, son un espejo en el que hay que mirarse para construir un proyecto colectivo de ciudad que afronte los retos e incertidumbres, planteando la esperanza necesaria en un marco de desarrollo que no deja a nadie en el camino.

La entrega de medallas de Sevilla puso de manifiesto muchas cuestiones. En el acto de la entrega se reconoció mucho esfuerzo, mucho amor a las personas y a la ciudad, también fe, tanto trascendente como de una visión de una ciudad mejor, y, sin duda, esperanza. Los medios de comunicación, también nuestra excelente prensa local, han recogido la aportación de cada persona de forma detallada y no es objeto de esta aportación repetirlo. La idea es hablar de símbolos. Y hubo muchos, símbolos importantes para el presente y futuro de la ciudad, mirando su pasado. Uno esencial fue la capacidad de las personas de superar inicios muy duros hasta alcanzar metas muy elevadas donde pudieron dar lo mejor de ellos para los demás. Qué gran ejemplo el de muchos de los galardonados, la juventud de Sevilla debería conocerlos para ver que hay futuro con esfuerzo y siempre esperanza, la necesaria esperanza. Otra cuestión esencial puesta de manifiesto fue el papel de la cultura, quedó muy claro su papel, su esencia en la vida de la ciudad. De acuerdo con Juan Espadas Cejas, por la cultura pasa nuestra recuperación social, anímica y económica.

Entre los galardonados hubo magníficos ejemplos, arte, libros, teatro, la vida en esencia de la ciudad. Otra cuestión que se percibía en la biografía de los distintos galardonados, a título personal o institucional, era la entrega a los demás, al bien común, una generosa perspectiva de las caras más desprotegidas de la ciudad. Reconocer, como se ha hecho en este día de san Fernando, a quien contribuyó de forma relevante a la construcción de vivienda social en Sevilla es muy justo. Y no se olvidó el cuidado de los médicos, enfermeros y técnico que cada día en las ciudades, y de forma intensa en los tiempos vividos, recorren las calles dando salud. En una ciudad como Sevilla, el papel de Hermandades y Cofradías, se palpa todo el año, es parte de su Iglesia. Y el flamenco, junto con los libros, el teatro, la danza y la cultura, recibió el homenaje que se merece. El flamenco nació en Andalucía y su esencia se mantiene en nuestra comunidad, en los barrios de nuestra ciudad, en esas plazas sin árboles que aún tenemos, espacios de convivencia necesarios que el Ayuntamiento está mejorando. El flamenco es una cara de esta ciudad de las mil caras, unas caras que inspiran vida a través del teatro, cuidado especialmente en esta ciudad por personas generosas. Se ha premiado la labor por los consumidores, que necesitan protección y quien vele por ellos, la de investigadores, divulgadores, constructores de futuro. Necesitamos un periodismo libre, la información es necesaria, la información democratizada, también se reconoció la importancia de esas personas que cada día nos traen la información. Hay personas que han ayudado a muchos jóvenes en situaciones de marginalidad desde hace años, desde tiempos más oscuros, a través del deporte. La demografía en España está muy mal, no se tienen hijos, la mayor parte de las veces porque no se puede económicamente, pero también porque no se puede biológicamente. Hay médicos que velan porque muchas personas puedan tener hijos. El corazón es imprescindible, y hay cuidado para él en esta ciudad de las mil caras. Y los imprescindibles colegios, generando docencia en zonas muchas veces marginales con profesionales entregados, educación de muy alto nivel ejercida cada día en cada año. También ese mundo dedicado a Dios y a los otros, representado por mujeres consagradas, tuvo su lugar en este acto de entrega de galardones en el día de san Fernando; otra parte de nuestra Iglesia. También hay que reconocer a los que ayudan a estas mujeres consagradas y su labor; y Sevilla lo ha hecho. Empresas que han contribuido a la vida mejor en Sevilla en una economía más distribuida. Y la hostelería que ha sufrido tanto, y aún sufre, por la pandemia (sindemia) también fue reconocida. La hostelería es esencial en nuestra economía y hay que recuperarla, todos podemos ayudar.

Sevilla es la ciudad de las mil caras, es una bonita metáfora. Una metáfora que refleja miles de corazones, miles de almas, miles de vidas en una ciudad que crece en solidaridad y equidad, una ciudad que debe superar las heridas de la injusta sindemia. Una ciudad con profunda trascendencia y espiritualidad. En el propio acto de la entrega de medallas de la ciudad, aludió al concepto mariana que acompaña a Sevilla en su escudo, una ciudad con mil caras que hay que cuidar, mil caras que nos cuidan como las caras que representan los galardonados en el día de san Fernando en esta bendita ciudad que tiene tanta capacidad de acogida, una palabra tan necesaria hoy.