Martes de la 21ª semana del Tiempo Ordinario (A)

Lectura del santo evangelio según San Mateo (23, 23-26)

«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro y así quedará limpia también por fuera».

Comentario

Guías ciegos

La Palabra viene a nosotros con una eficacia y una vida de la que ni siquiera somos del todo conscientes. En nuestro mundo tecnificado y cada día más virtual, se ha abierto paso entre nosotros el seguimiento como una actitud de lo más normal. Nos preguntamos unos a otros cuántos seguidores tenemos en las redes sociales y a quiénes seguimos, ansiosos por descubrir su última revelación nimia: la hora de la comida, el chascarrillo ocurrente, la descalificación desconsiderada de quien no abraza nuestras mismas ideas… Guías ciegos. Jesús no ahorra calificativos contra los fariseos, que han hecho de la hipocresía una permanente forma de comportarse en la vida: siempre pendientes de lo que parece y no de lo que es, de lo exterior y no de lo interno, de lo superficial y no de la profundidad insondable del alma del hermano. Así es nuestro mundo, y así nos saca del error la Palabra de Dios, que viene a señalar a Jesús como el único al que merece la pena seguir, el único para el que tú eres más que un número o un “like” en una página de internet. Ay de esos guías ciegos que conducen al abismo…

 

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