¿Qué es el Óbolo de San Pedro?

Con el cristianismo nace la práctica de ayudar materialmente a quienes tienen la misión de anunciar el Evangelio, para que puedan entregarse enteramente a su ministerio, atendiendo también a los menesterosos (cf. Hch 4,34; 11,29).

Los anglosajones, tras su conversión, a finales del siglo VIII, se sintieron tan unidos al Obispo de Roma que decidieron enviar de manera estable una contribución anual al Santo Padre. Así nació el “Denarius Sancti Petri” (Limosna a San Pedro), que pronto se difundió por los países europeos. Ésta, como otras costumbres semejantes, ha pasado por muchas y diversas vicisitudes a lo largo de los siglos, hasta que fue regulada de manera orgánica por el Papa Pío IX en la Encíclica “Saepe Venerabilis” (5 de agosto de 1871).

«El Óbolo de San Pedro es la expresión más típica de la participación de todos los fieles en las iniciativas del Obispo de Roma en beneficio de la Iglesia universal. Es un gesto que no sólo tiene valor práctico, sino también una gran fuerza simbólica, como signo de comunión con el Papa y de solicitud por las necesidades de los hermanos; y por eso vuestro servicio posee un valor muy eclesial»  expresó el Papa Benedicto en  el discurso a los Socios del Círculo de San Pedro (25 de febrero de 2006).

El valor eclesial de este gesto resulta evidente si tenemos en cuenta que las iniciativas caritativas son connaturales a la Iglesia.

Se trata siempre de una ayuda animada por el amor de Dios.

Los Pontífices anteriores habían prestado ya una particular atención al Óbolo como una forma de apoyo de los creyentes al ministerio de los sucesores de San Pedro al servicio de la Iglesia universal. Juan Pablo II, por ejemplo, lo había expresado así:

“ Conocéis las crecientes necesidades del apostolado, las exigencias de las comunidades eclesiales, especialmente en tierras de misión, y las peticiones de ayuda que llegan de poblaciones, personas y familias que se encuentran en condiciones precarias. Muchos esperan de la Sede Apostólica un apoyo que, a menudo, no logran encontrar en otra parte. Desde esta perspectiva, el Óbolo constituye una verdadera participación en la acción evangelizadora, especialmente si se consideran el sentido y la importancia de compartir concretamente la solicitud de la Iglesia universal” (Juan Pablo II al Círculo de San Pedro, 28 de febrero de 2003).

Los donativos de los fieles al Santo Padre se emplean en obras misioneras, iniciativas humanitarias y de promoción social, así como también en sostener las actividades de la Santa Sede. El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también de las necesidades materiales de diócesis pobres, institutos religiosos y fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de guerra y desastres naturales ; ayudas particulares a Obispos o Diócesis necesitadas, para la educación católica, a prófugos y emigrantes, etc.).

El Óbolo de San Pedro es una ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre, como expresión de apoyo a la solicitud del Sucesor de Pedro por las múltiples necesidades de la Iglesia universal y las obras de caridad en favor de los más necesitados.

Debido a la situación provocada por la pandemia, el Santo Padre estableció que este año, la colecta para el Óbolo de San Pedro, que se lleva a cabo tradicionalmente en la proximidad de la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, el 29 de junio, se trasladara en todo el mundo al domingo XXVII del tiempo ordinario, el 4 de octubre, coincidiendo con la festividad de San Francisco de Asís, onomástica del Pontífice.  El arzobispo de Sevilla, Don Juan José Asenjo,  expresó: “la colecta que se obtenga el próximo domingo 4 domingo de octubre en cada parroquia, iglesia y oratorio, vaya destinada cincuenta por ciento para el Óbolo de San Pedro y el otro cincuenta por ciento para la labor de Cáritas» ya que coincide con la colecta del primer domingo de mes destinada a Cáritas. 

¿Cómo puedo colaborar con el Óbolo de San Pedro? este fin de semana en el Colecta de tu parroquia y en la página: https://www.obolodisanpietro.va/it.html

Fuente: Vatican.va / Archidiócesis de Sevilla.