Auxi Álvarez: “Mi modelo es Cristo”

 

María Auxiliadora Álvarez Jiménez
Córdoba (1960)
Catequista en la Parroquia Sta. María de Gracias, de Gelves.

 

“La vida sin Cristo es una vida vacía”. Ese es el axioma con el que ha crecido Auxi. Proviene de una familia numerosa y sus padres le enseñaron que “el pilar de la fe es Jesucristo”. Como bien ha apostillado el papa Benedicto XVI, “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.

“Veo en Cristo un modelo para todo, para recibir de él todo lo bueno y para imitarlo también cuando llegan los momentos menos buenos. Mi modelo en todo, principalmente en el amor a Dios y a los hombres”, afirma.

“Al ser tantos en casa – confiesa –   nos enseñaron también a ser generosos, la vida no consistía solo en correr y poseer muchas cosas, dar era más gratificante que recibir. Mis padres fueron un ejemplo para mí”.  Madre de dos niños y dos niñas, funcionaria de carrera y asesor técnico de la Delegación de Gobierno en Sevilla pertenece a la Parroquia Espíritu Santo, de Mairena del Aljarafe y colabora como catequista preparando a niños para recibir la Primera Comunión en la Parroquia Santa María de Gracia, en Gelves, desde hace 15 años.

Su fe cotidiana la vive “teniendo a Dios en el centro de la vida, ofreciendo el trabajo y todo lo que hago por amor a Él y para dar testimonio de vida cristiana”. Sobre su servicio pastoral como catequista, “¿Qué puedo decir? –   se interroga –. Ellos me aportan mucho más a mí que yo a ellos. Me dan su alegría, ingenuidad, esos ojos abiertos para absorber todo lo que tú le vas a contar, son maravillosos. Me encanta disfrutar los años de preparación, ver cómo van creciendo y aprendiendo. Yo les doy todo mi amor (disciplina con cariño), y sobre todo les enfatizo que ¡Cristo no vale la pena, vale la vida!”.

Impartir catequesis para Auxi supone una tarea de acompañamiento permanente porque implica, según su experiencia, “insistir en la presencia de Cristo viva y real en sus vidas”, además de “seguir a su lado para ayudar a fortalecer la relación con la Iglesia y preparándolos para recibir los demás sacramentos”.

Dios es el que capacita

Si itinerario de catequista ha sido muy enriquecedor y fecundo. “Quisiera compartir como experiencia de vida el caso de un niño que actualmente preparamos para la Primera Comunión, con una deficiencia psíquica y motora. Recuerdo el día en que el padre del niño vino y nos planteó que quería que lo preparáramos para recibir el sacramento. Nos quedamos un poco impresionadas por lo que suponía este reto, porque no nos considerábamos capaces para ese trabajo. Mi compañera y yo lo pusimos en manos del Espíritu Santo, y sentimos que teníamos que seguir para adelante. Si Dios quiere el próximo mes de mayo recibirá a Jesús junto a sus compañeros con los que ha compartido su formación y recibido su cariño, durante los últimos tres años”.

En este sentido, destaca “la labor de los padres y sobre todo de su madre, que ha estado día tras día trabajando para que el niño, desde su limitación haya aprendido a rezar las oraciones básicas y conozca a Jesús y el amor a Dios y los hombres”.

Formación permanente

Auxi ha ido dando diversos “síes” a lo largo de su vida de fe. Uno de ellos está relacionado con la formación permanente en Nueva Evangelización y formación para el Liderazgo impartido por la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, “en el que ha aprendido y profundizado en el ser y el hacer de la Iglesia, en la forma de impartir catequesis y las herramientas a usar. Valora positivamente la experiencia y la formación para poner los dones al servicio de los demás”.

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