“MIRABILE DICTU”

En castellano: “Maravillosas de contar.”

Las vidas  de los santos como  Santa Teresa de Calcuta son maravillosas de contar.

No es mi pretensión hacer una recopilación de su biografía en estas líneas, ya que los medios lo han hecho, sino más bien destacar algunos de los aspectos de su vida que me han impactado y me han hecho reflexionar.

A Madre Teresa de Calcuta, como nos dice el papa Francisco que espontáneamente la seguiremos llamando,  se la consideraba santa desde hace tiempo;  pero esta pequeña mujer albanesa que dedicó su vida a cuidar a los más pobres de entre los pobres, hoy, tras 19 años de su muerte ha sido declarada santa oficialmente.

Como mujer, me impresiona siempre lo enérgica y decidida que era en sus propósitos. Recuerdo haber leído que en 1983, durante el Primer Encuentro Internacional de Defensa de la Vida, defendió con vehemencia la doctrina de la Iglesia, conceptiva, antiabortista  y contraria al divorcio.

Se comprometía en la defensa de la vida proclamando incesantemente que “el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre”.

El principio fundamental de su mensaje y de su acción marcaría toda su vida. “Quiero llevar el amor de Dios a los pobres más pobres; quiero demostrarles que Dios ama el mundo y que les ama a ellos.”

Estamos en un tiempo ávido  de testimonios y el que nos dio con su generosidad, abnegación y entrega a los demás tiene pleno sentido en la actualidad.

En las entrevistas que le hacían no entendían su criterio de ayuda a las personas. Ella respondía rápidamente que no eran las creencias, sino la necesidad, atendiendo así a personas de cualquier raza y credo.

La sonrisa que mostraba a la gente era uno de los signos visibles más creíbles en ella;  no permitía que nadie se  alejase de ella sin sentirse mejor y más feliz, decía: “tal vez no hable su idioma, pero puedo sonreír”. Era una sonrisa de gratitud.

Nos dice el Papa al respecto: “Llevemos en el corazón su sonrisa y entreguémosla a todos los que encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren. Abriremos así horizontes de alegría y esperanza a toda esa humanidad desanimada y necesitada de comprensión y ternura.”

Esta incansable trabajadora de la misericordia nos ayude a comprender cada vez más que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de toda ideología y de todo vínculo y derramado sobre todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión

Algo que repetía en varias situaciones era que en el mundo hay otra pobreza peor que la material: “el desprecio que los marginados reciben de la sociedad, que es la más insoportable de las pobrezas.”

En 1986 tuvo un encuentro en Cuba con Fidel Castro; ella le transmitió que quería fundar allí  y él le dijo que de los pobres se ocupaba el Estado. Ella supo hacerle entender que aunque el Estado se ocupara de ellos en el aspecto material, ellos necesitaban también ser amados.  Con el transcurso del tiempo, fundaría 8 casas de vida activa y una contemplativa.

Madre Teresa de Calcuta, se acercaba a los pobres tal como eran, criaturas, hijos de Dios, prójimos. Fue una mujer que actualizaba diariamente el mensaje del buen samaritano.