Miércoles 3º de Cuaresma (B)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Comentario

Cielo y tierra pasarán
¿A qué vino Jesús? La cuestión teleológica tiene más enjundia de lo que parece. Porque si Jesús supone un punto y aparte con lo que había antes, entonces ¿qué nos importa el tiempo anterior a su venida? Pero no es eso lo que tiene que decirnos Él mismo: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas; no he venido a abolir, sino a dar plenitud». Y ahí está la clave: en que el Amor del Padre que en Jesús se ha encarnado viene a perfeccionar todas las normas establecidas. Jesús lo dirá en otras ocasiones porque la norma suprema del amor antepone las personas a las ideas. Es como un rotundo e inapelable principio de equidad que fundara toda nuestra vida y las leyes que la rigen. Sólo que en el Evangelio del día lo dice de una manera poética tan hermosa… «Antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra». Sólo el Amor es inmutable. Precedió a la formación del cielo y la tierra y sobrevivirá a la extinción del planeta. La Ley del Amor que trae Jesucristo nunca quedará abolida.

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