Jueves de la 4ª semana de Pascua (C)

Lectura del santo Evangelio según Juan (13, 16-20)

En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: “El que compartía mi pan me ha traicionado”. Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.

En verdad, en verdad os digo: El que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».

Comentario

Yo sé bien a quiénes he elegido

Concluye la escena del lavatorio de los pies en la Última Cena con esta exhortación de Cristo a sus
apóstoles. También al que lo va a traicionar, Judas, como en el salmo 41, que compartía la comida y
ahora levanta calumnias. Él sabe a quiénes ha elegido. ¿Te ha elegido a ti? ¿Lo vas a traicionar
también? ¿Acaso porque no te cabe en la cabeza que tengas que servir en vez de ser servido? El Señor

se despide de los suyos pero en vez de repartir pertenencias y dictar últimas voluntades, da ejemplo.
Trae el barreño, se ciñe la toalla y les lava los pies: no había entonces servicio más bajo que ese,
reservado al último esclavo -porque hasta en eso había clases- de la casa. Y que el Señor sea el que
lava los pies y los va secando… suena a escándalo, a subversión completa de los roles. Jesús deja un
testamento con hechos, no con palabras, dentro de una jofaina. Ahí está todo lo que quiere que sus
discípulos recuerden: como una raya en el agua sucia de ese barreño.

 

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