Y entre encinares… Escardiel

“La devoción a la Virgen María, marca capítulos imposibles de olvidar. Aquí está el sustrato de lo que conocemos como religiosidad popular. Esas huellas metidas en el alma del pueblo a través de sus tradiciones, sus formas culturales de celebrarlas, los signos y los escenarios, los vestidos y hasta su gastronomía”

(Cardenal Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo Emérito de Sevilla).

El mes de septiembre en la Sierra Norte sevillana viene marcado por la Romería en honor a la Virgen de Escardiel. La Imagen data aproximadamente de mediados del siglo XIII. Es una talla pequeña, una típica imagen gótica de las denominadas de estilo “fernandino”. Realizada en madera de encina y con una base conformada por un candelero para poder ser vestida.

La celebración de la Romería de Escardiel, catalogada de Interés Turístico Nacional, remonta su origen al año 1544, cuando se localiza la primera documentación histórica sobre la cofradía de la Virgen, y a partir de entonces se puede hablar con seguridad sobre la celebración de una Romería en honor a la Virgen de Escardiel.

Tras celebrarse los días 5, 6 y 7 de septiembre el Triduo en honor de Santa María de Escardiel, el pueblo se dispone a vivir su tan esperada romería que se celebra según las Reglas de la Hermandad el sábado más cercano a la festividad del Dulce Nombre de María.

Será este año el sábado 14 de septiembre, cuando a las tres de la tarde el Simpecado, recientemente restaurado, parta hacia la ermita arropado por una multitud de devotos, a la que seguirá una hilera de carretas que con lento discurrir recorrerán los cinco kilómetros que separa la ermita del pueblo.

Hermoso camino, entre encinares, que lleva a los peregrinos hasta el joyero blanco de la sierra que es la ermita de Escardiel. Antes de llegar hasta sus plantas, cuando la tarde empieza a agotarse, el pueblo se reunirá en torno a una vieja encina, “la encina de Escardiel”, para rezar el Ángelus, preludio de los intensos momentos que se vivirán cuando los romeros se reencuentren con Ella.

Una vez finalizado el camino, las familias y amigos se reúnen alrededor de las encinas que pueblan la finca donde se celebra esta bella romería.

Es ahí, en cada encina, donde se comparte el sentimiento y la devoción por esta Virgen, pilar donde se sustenta la fe de Castilblanco. Encinas que cada una previamente lleva asignado el nombre de una familia, como la Virgen lleva escrito en su corazón el nombre de cada uno de ellos desde hace siglos.

Protectora de Castilblanco, al igual que en Caná, Escardiel siempre está atenta a las necesidades de los hijos de su pueblo.

A las doce de la noche se reza el Santo Rosario con el Simpecado y al finalizar saldrá la Virgen en hombros de sus devotos, al son de tamborileros, recorriendo los alrededores de su ermita, entre cantos de sevillanas y las miradas emocionadas de esa gente sencilla del pueblo, que en sus labios todo el año solo tienen un nombre y es Escardiel.

Es el momento donde cada uno interiormente agradece a la Virgen su ayuda, gracias y bendiciones. Es el momento donde se le pide, donde se le reza, donde se viene a la memoria los seres queridos que ya no están y que con tanto amor te enseñaron a quererla, siempre presentes cuando se le mira a Ella.

Escardieleros que marcharon al cielo dejando hijos y nietos en los que depositaron la devoción por esta Virgen chiquita y que con gran esmero cuidan hoy de Ella. Ya de madrugada, la Virgen llega a las puertas de su ermita, donde se produce la tradicional Puja de Bancos. Y de madrugada, la Virgen que ilumina los campos, entre vítores, palmas y cantos, vuelve a entrar en su ermita envuelta por el fervor de su gente que la acompaña.

Y es entonces, cuando la Virgen parece sonreír, sí,está contenta, porque sus hijos están con Ella, porque el pueblo esta noche es una gran familia reunido en torno a Escardiel, su Madre.

El domingo 15 de septiembre a las 13:00 horas la Hermandad celebra Solemne Función Principal de Instituto, con el acompañamiento musical del Coro de la Hermandad. Tras la celebración eucarística el pueblo sigue compartiendo su intenso sentir en cada encina hasta las seis de la tarde que, tras la Salve de Despedida, se emprende el camino de vuelta. Un camino marcado por un ambiente festivo, pues todos sus hijos vuelven con el corazón lleno de gozo tras el encuentro con la Madre.

Escardiel es para Castilblanco causa de su alegría, la Virgen que ilumina las noches oscuras, la lámpara encendida de su fe, la roca donde se edifican sus proyectos, pues hasta el calendario anual en Castilblanco lo marca la Romería de Escardiel.

Aún así, duele el domingo por la tarde despedirse de Ella, duele dejarla sola en su ermita y marchar tan sólo con el recuerdo de lo vivido, duele ver qué pronto ha pasado todo, saber que tendrá que transcurrir un año para una nueva Romería, saber que volverá el silencio al campo y el pueblo a su rutina, deshojando día tras día, en la intimidad de sus casas, las hojas de un almanaque que le lleve a una nueva Romería.

Pero este año será distinto, cuando el pueblo se despida de Ella, la despedida será menos amarga. Pues dentro de unos meses la Virgen dejará la blancura de su ermita para partir hasta la Parroquia de Castilblanco con motivo de su Coronación Canónica el próximo 23 de mayo. Fecha que ya está grabada en el corazón del pueblo y a la que se llegará tras unos meses de intensa preparación. Será su Coronación Canónica el reconocimiento a una devoción de siglos, una Coronación humilde como humilde es la Virgen de Escardiel, como lo es su Hermandad, como lo es su pueblo, pero a la vez grande, porque grande es la devoción que el pueblo le tiene. Devoción transmitida de padres a hijos y que se desbordará cuando en plena primavera, con su Coronación Canónica, el pueblo escriba la página más hermosa del libro de su historia. Pidamos pues a la Virgen de Escardiel que vuelva su mirada a este pueblo de Castilblanco consagrado a Ella y lo bendiga en este año tan especial, que lo ayude a mantenerse firme en la fe y sobre todo a manifestarla con sus obras en su vida diaria.

Mari Carmen Hernández. 

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