¿Cómo es el proceso para declarar santa a una persona?

La consideración de una persona como santa por parte de la Iglesia católica pasa por un proceso que dura más o menos años.

Generalmente se dan 4 pasos imprescindibles:

1. Siervo de Dios

Se elige un postulador de la causa quien, de acuerdo con el obispo del lugar donde nació, inicia el proceso. Se eleva a la Santa Sede –Congregación para las Causas de los Santos— la vida de esta persona, si este ve que es viable la beatificación.

En ello está presente el popularmente conocido como “abogado del diablo”, es decir el que pone obstáculos a la causa. La Congregación vaticana decreta el “Nihil Obstat”, o sea nada se opone a continuar la causa y el difunto pasa a ser considerado “Siervo de Dios”.

2. Venerable

El camino que lleva a declarar al Siervo de Dios Venerable, tiene cinco partes.

a) Se hace el Proceso sobre la vida y virtudes del Siervo de Dios, ante un tribunal nombrado por el obispo del lugar donde nació. Se reciben los testigos que conocieron al Siervo de Dios en vida o que tuvieran conocimiento de él.

b) Se hace otro proceso sobre los escritos del Siervo de Dios, por parte de una comisión de censores nombrados por el obispo. El objetivo de los censores es ver que en los escritos del Siervo de Dios no hay nada que vaya en contra de la doctrina de la Iglesia.

c) Mientras, el Relator de la Causa, nombrado por la Congregación para las Causas de los Santos, elabora un documento llamado Positio que recoge las declaraciones que se han obtenido en el juicio señalado antes y el análisis de sus escritos.

d) La Congregación para las Causas de los Santos nombra una comisión de teólogos consultores que discuten el contenido de la Positio. El informe de esta comisión se eleva al plenario de la Congregación que discute el informe de los teólogos.

e) Si es el caso, el plenario de la Congregación eleva su parecer al Papa, el cual autoriza la promulgación del Decreto sobre la heroicidad de virtudes, es decir el reconocimiento oficial de que el Siervo de Dios ha vivido a lo largo de su vida de modo heroico todas las virtudes cristianas, las teologales y las cardinales.

Entonces el Papa lo proclama Venerable, es decir que lo presenta a la comunidad como modelo de vida e intercesor ante Dios de los favores que se le quieran solicitar.

3. Beato

Para la beatificación son necesarios cinco pasos y se necesita un milagro:

1. Se elabora una lista de los favores alcanzados por la intercesión del Venerable y probar así la santidad del mismo. Debe haber un milagro, es decir algo ocurrido que lo pueda probarse con las leyes físicas. Normalmente son hechos que tienen relación con la medicina, es decir curaciones inexplicables.

2. La Congregación examina el posible milagro. Se nombra un cardenal ponente. Dos médicos peritos analizan el caso, el cual es pasado después a otros cinco médicos peritos de la Congregación. Lo discuten también ocho teólogos. El dictamen pasa al plenario de la Congregación; si da un veredicto positivo, se elabora un Decreto de Beatificación para el Papa.

3. El Papa aprueba el Decreto.

4. El Papa decide cuándo será la fecha de la ceremonia de beatificación, que tendrá lugar en la ciudad donde nació el Venerable. La ceremonia normalmente es presidida por el cardenal prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

4. Santo

Para la canonización del beato son necesarias cinco condiciones:

1. Un segundo milagro.

2. Debe ser posterior a la beatificación. Se siguen los mismos pasos que para la Beatificación.

3. El Papa aprueba el decreto de Canonización.

4. El Papa expone su decisión en un Consistorio (reunión) público de todos los cardenales y les informa de el o los decretos de canonización.

El Papa fija la fecha de la ceremonia de canonización, que presidirá él mismo, en la plaza de San Pedro de Roma.

Hay 4 vías a través de las que la Iglesia católica declara a una persona beata o santa: que haya vivido heroicamente las virtudes, que haya muerto mártir -por odio a la fe-, la vía de las causas excepcionales confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas y -la más reciente- que haya ofrecido su vida por los demás por amor a Cristo.

Fuente: Aleteia