Devotion. Una historia de héroes

¿Dónde verla?: Amazon Prime Video

Basado en la novela homónima de Adam Makos, un joven escritor estadounidense especializado en historia militar, “Devotion. Una historia de héroes” es un filme que, como el libro, se inspira en un hecho real ocurrido en 1950 durante la guerra de Corea.

El argumento recrea un retazo de la vida de Tom Hudner (Glen Powell) y Jesse Brown (Jonathan Majors), sendos pilotos de la Marina estadounidense que coinciden en un mismo escuadrón. Brown ha tenido un recorrido profesional durísimo, plagado de incomprensiones. Ser el primer piloto de color que llega tan lejos le ha dejado profundas heridas en su personalidad y en la relación con los demás. En el otro extremo está Hudner, que ha disfrutado de una carrera exitosa, plagada de reconocimientos y sin muchos contratiempos. Son, en otras palabras, la noche y el día.

Tal vez sea este contraste el que lleve al segundo, con una vida relativamente fácil, a valorar lo que ha logrado el primero, a solas y contra viento y marea. Poco a poco van entablando una amistad que echa raíces en la familia e incluso en el aire, al convertirse en colegas de vuelo. El final de la historia es tan desgarrador como loable y, sin incurrir en spoiler, nos lleva a considerar varios aspectos dignos de imitar.

Por una parte, la audacia de uno de los protagonistas, que persevera en su labor como piloto a pesar de las enormes dificultades que se encuentra en el camino, movido en todo momento por un palpable amor a su familia. Pero también la generosidad del otro, que se pone en los zapatos de su compañero y logra derribar las barreras que les separan. Fruto de lo anterior, se generan una confianza y un compromiso que sobrecogen.

El resultado es una película inspiradora, que dirige Dillard acompañado por Jake Crane y Jonathan Stewart como guionistas, y por Chanda Dancy como responsable musical. Forman un buen equipo y consiguen un largometraje de bella factura, donde destacan los acontecimientos históricos por encima de aspectos técnicos, narrativos o estilísticos. La excepción podría encontrarse, tal vez, en la dirección de fotografía, que sobresale por su cuidada y atractiva elaboración.

Las actuaciones de Jonathan Majors, Glen Powell y Christina Jackson (que interpreta a la esposa de Brown) rayan a gran altura y aportan enorme credibilidad. La cinta se dirige a los jóvenes y a los mayores de la casa, con tal enjundia en sus planteamientos que podría servir de acicate para estimular virtudes o, al menos, para reflexionar sobre ellas.

Guillermo De Lara Domínguez

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