Domingo de la Palabra de Dios

En la actualidad no es muy común ir por ahí hablando de Dios ni de nuestra fe. Desgraciadamente parece que en nuestra sociedad cada vez se habla menos de Dios. Sin embargo nuestra fe se transmitió desde los primeros tiempos oralmente. De esta forma se fue conservando la Palabra de Dios y nuestra fe. Más tarde se convirtió también en texto escrito y hoy en día podemos disfrutar del gran regalo que es la Sagrada Escritura.

La Biblia no es un libro de historia o un cuento sin sentido, sino que en ella es Dios quien nos habla y nos cuenta la Verdad que necesitamos saber para nuestra salvación integral.

El Espíritu Santo actúa en cada uno de nosotros cuando nos ponemos a la escucha de la Palabra, que es viva, y como tal siempre tiene algo nuevo que decirnos para nuestra situación personal.

El Papa Francisco ha decidido dedicar el tercer domingo del Tiempo Ordinario a la divulgación de la Palabra de Dios para recordarnos el gran tesoro que tenemos todos los cristianos con las Sagradas Escrituras. Necesitamos nutrirnos de ella con asiduidad para conocer a Cristo y su mensaje de Salvación, que es para cada uno de nosotros. No solo escucharla cada domingo en misa, sino también leerla frecuentemente e incluirla en nuestra oración y reflexión personal. Dios nos habla a través de ella y si le abrimos la puerta, Él entrará en nuestro corazón y en nuestras vidas y permanecerá con nosotros.

Leticia Rueda

 

 

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