El pacto

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Directamente lanzada en la plataforma de Amazon este mes de junio, “El pacto” es una cinta que lleva el marchamo de Guy Ritchie, director de títulos como “Aladín” (2019), “Operación U.N.C.L.E” (2015) y dos entregas de la saga de “Sherlock Holmes» (2011 y 2019), entre muchos, muchos otros. Ritchie se ha forjado, a base de taquillazos, un merecido reconocimiento como maestro del cine de acción. Ya sean pelis de guerra, de gánsteres o de espías, este artesano de la adrenalina lo borda.

En esta ocasión, el director británico coproduce y coescribe un buen guion en el que nos habla del rastro de dolor que deja la guerra, tanto en los que combaten como en sus familias. Siendo un tema de vital importancia, no constituye una novedad per se, pues se trata de una línea narrativa utilizada con cierta asiduidad en la gran pantalla. Dicho esto, debo añadir que “El pacto” lo hace desde una perspectiva muy diferente, pues radiografía el desgarro que produce un conflicto bélico no ya en los combatientes, sino en determinados profesionales que colaboran con ellos y suelen pasar desapercibidos: los intérpretes.

Nos situamos en la guerra de Afganistán. El sargento John Kinley (Jake Gyllenhaal) dirige una unidad que trabaja para desarmar los ataques talibanes. A sus órdenes está Ahmed (Dar Salim), un intérprete que acaba de incorporarse al equipo tras el fallecimiento del anterior en una explosión intencionada.

Ahmed y Kinley forman un dueto inesperado. Algo similar a lo que sucedía en la cinta “Devotion. Una historia de héroes” (2021), reseñada recientemente en esta sección. Los temas de fondo de los dos largometrajes se asemejan, porque en ambos casos se pone el foco en la lealtad, en el trabajo bien hecho y en el sacrificio en aras de la familia, virtudes que pueden y deben ser realzadas en los medios de comunicación. Ahora bien, los desenlaces de uno y otro filme son bastante diferentes. No digo más.

En fin, un peliculón al más puro estilo Ritchie, del que me gustaría destacar un par de excelencias. Por una parte, las magníficas actuaciones de Gyllenhaal (“Cielo de octubre”, 1999) y Salim (“Exodus: dioses y reyes”, 2014), en los papeles de Kinley y Ahmed. Por otro lado, la originalidad y el impacto de las escenas, junto a una currada selección musical a cargo de Christopher Benstead, completan un formidable apartado técnico para acompañar a una gran historia.

Guillermo De Lara Domínguez

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