Onward

La última producción de Pixar, “Onward”, narra la historia de dos hermanos elfos que reciben un misterioso regalo de su difunto padre, el día del cumpleaños de Ian, el menor de ellos. Se trata de un bastón de hechicero con un enorme potencial para hacer magia. Con este artilugio y los profundos conocimientos sobre magia del hermano mayor, Barley, ambos se embarcarán en una extraordinaria aventura para recuperar a su padre. Y, aunque no lo tendrán fácil, moverán Roma con Santiago para poder disfrutar de su compañía al menos durante un día.

El argumento nos ofrece escenas muy divertidas. Para empezar, el conjuro para devolver a la vida a su padre funciona a medias y, claro, disfrutarán de su padre ‘a medias’, es decir, de sus piernas y sus pies. Ya podéis imaginaros las desternillantes situaciones que se dan hasta completar el hechizo. Como estos, encontraréis infinidad de momentos inesperados e inolvidables en este filme. También es curioso comprobar cómo, en la trama de la película, la magia ha dejado de estar de moda y, por tanto, ha caído en desuso a favor de las comodidades que brindan el consumismo y las nuevas tecnologías. Crítica incluida, este largometraje quiere reconducirnos al núcleo de lo importante: a la persona y a la familia.

Tampoco falta la épica. Es un largometraje de Pixar… a la altura de Pixar: hay diversión y risas, aventura y heroicidad, ideales y valores que recorren la película de principio a fin como una espina dorsal: el afán de superación, la constancia, la fe, la audacia, la valentía… Y la relación entre los hermanos, tirante al principio, dará un vuelco para resaltar la relevancia de la sinceridad y de la amistad.

El resultado es una trepidante y divertida cinta para toda la familia. No dejará indiferente a nadie, ni a mayores ni a pequeños, y verla en cines (aún está en cartelera) es un buen modo de apoyar una industria tan mermada después del confinamiento. Y hablando de cartelera, no estaría mal animarse a echarle un vistazo, porque hay más filmes con valores estrenados recientemente.

Nota del redactor:

Dicho lo anterior, considero conveniente señalar dos breves subtramas que incluye la película. La primera es la de Laurel, la madre de los protagonistas, y Colt, su novio; aunque no se menciona explícitamente, se intuye que conviven sin estar casados. La otra hace referencia a la agente de policía Spector, que abiertamente reconoce ser homosexual. En otros géneros no resulta extraño encontrar estas situaciones en el guion, pero llama la atención descubrirlas en una producción Pixar y me parece necesario advertirlo.

Guillermo De Lara Domínguez

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