Viernes de la 2ª semana de Adviento (B)

Lectura del santo evangelio según Mateo (11, 16-19)

¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; os hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publícanos y pecadores”. Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

Comentario

La sabiduría se ha acreditado por sus obras
¿De qué generación habla el Evangelio? ¿No es acaso de la nuestra? Somos como esos niños caprichosos a los que les disgusta la música y no bailan pero tampoco les placen los lloros cuando toca. Hoy no toca, decimos cuando queremos saltar por encima de la realidad, encastillarnos en nuestra ensoñación, que puede ser tan bienintencionada como vana. Pero hoy sí toca. Hoy toca bailar -con la más fea, qué importa- o llorar -con lágrimas de verdad y no de cocodrilo- porque hoy es el momento. Apremiante, urgente, impostergable: hoy es el día que Dios te ha concedido. ¿Lo vas a desaprovechar con llantos a deshora, vas a dejar pasar la música agradable porque no encaja en tus planes? Dios tiene su propio plan para ti, pídele que en su misericordia te inculque sabiduría para entender que hoy no admite demora, que este día no volverá y que el regalo que se te ha hecho -la vida misma- está aguardando a que lo desempaquetes y te pongas a usarlo: a vivirlo.

 

 

 

 

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