Viernes de la 2ª semana de Adviento (B)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (11, 16-19)

¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; os hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publícanos y pecadores”. Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre

Comentario

Jesús mismo se pone en relación con el Bautista para castigar el desprecio con que la presente generación de israelitas acogió al Precursor como a él mismo. De ahí la comparación con esos niños desganados que ya se muestran incapaces de seguir el juego porque ni ríen cuando toca algazara y gozo ni lloran cuando toca lamento y duelo. Se han excluido ellos mismos y nada los hace vibrar. Lo mismo reprochan el ascetismo del Bautista que los banquetes de Jesús, no hay término medio ni forma de apreciar nada, estragado el paladar y hastiados de no sentirse bien. De alguna forma, nuestra generación es también la de esos niños insatisfechos a los que ya nadie les conmueve ni les empuja al baile o al llanto: el escepticismo se ha convertido en nihilismo, nada se cree porque nada se espera. ¿Te ha pasado a ti alguna vez sentirte así?

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