Lunes de la 16ª semana del Tiempo Ordinario (C)

Lectura del santo Evangelio según Mateo (12, 38-42)

Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos ver un milagro tuyo». Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón».

Comentario

Generación perversa y adúltera

La insistencia en la conversión centra la predicación de Jesús dirigida a escribas y fariseos que le demandaban un milagro para creer. Su respuesta es contundente, porque pone los
prodigios que le reclaman al servicio de la conversión que exige del pueblo de Israel. Y trae a colación dos ejemplos que sus interlocutores podían entender fácilmente: la pecadora
Nínive, la ciudad a la que es enviado Jonás y que acaba convirtiéndose, se levantarán contra la generación que ignora el fruto de la conversión; y la reina del Sur que viajó hasta la corte de Salomón también testificará en contra de esta generación descreída que implora frívolamente milagros para creer. Nínive y la reina del Sur son ejemplos de conversión
mientras los escribas y fariseos inventan subterfugios y demandan prodigios con tal de enfrentarse de cara con la conversión personal que se exige de los seguidores de Cristo.

 

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