Rosario de San Julián

“Estás viendo el fruto que he conseguido con la predicación del Santo Rosario; haz tú lo mismo, tú y todos los que aman a María, para de ese modo atraer todos los pueblos al pleno conocimiento de las virtudes” (Santo Domingo de Guzmán).

La Virgen del Rosario es Titular de la Pontificia, Real e Ilustre Hermandad, Primitiva Orden Tercera del Santísimo Rosario de la Virgen María y del Gran Patriarca Santo Domingo de Guzmán. La talla de Nuestra Señora del Rosario fue realizada en 1937 por José Antonio Rodríguez Fernández-Andés, quien la donó a esta corporación.

La imagen posee una expresión de gran dulzura y bondad mezclada con cierta melancolía en su mirada, como presintiendo el final que su Hijo tendría, para así redimir al pueblo cristiano. Esta imagen vino a sustituir a la anterior que se perdió en el incendio que en 1936 sufrió el templo de San Marcos donde entonces residía la Hermandad.

Con la reconquista de Sevilla, en el siglo XIII, y la erección de San Marcos como templo cristiano se remonta, según la tradición verbal transmitida entre los hermanos, la fecha fundacional de la corporación. Sin embargo, no es hasta el año 1946 cuando esta Hermandad se traslada a la que se ha de convertir en su nueva casa y residencia canónica, la Parroquia de San Julián.

Al llegar el mes de octubre esta Hermandad en cumplimiento de sus Santas Reglas celebra Solemne Triduo durante los días 4, 5 y 6 de octubre, culminando el día 7, festividad del Rosario, con la Función Principal de Instituto. A continuación durante los días 12 y 13 la Virgen estará expuesta en Devoto Besamanos y será el próximo 20 de octubre cuando la Virgen procesione por las calles de su feligresía, comenzando la procesión a las 18:45 horas.

Los fines de esta Hermandad son fomentar y propagar la devoción al Santísimo Sacramento como único camino para alcanzar la Plenitud en nuestras vidas. Dar culto a la Santísima Virgen María bajo su advocación universal del Rosario y fomentar entre sus hermanos una auténtica vivencia fraternal, promoviéndolos a la Caridad Cristiana entre todos y para con sus semejantes.

En definitiva, servir y acatar los mandamientos Magistrales dimanados por la Santa Madre iglesia, bajo las orientaciones del Pastor Diocesano, del director espiritual y especialmente atendiendo a la dirección del párroco del templo de San Julián.

Mari Carmen Hernández.