¿Cuál es la Devoción a la Divina Misericordia?
Tener devoción a la Divina Misericordia requiere de una total entrega a Dios como Misericordia. Es una decisión que comprende en confiar completamente en Él, en aceptar su Misericordia con acción de gracias y de ser misericordioso como Él es Misericordioso.
Las prácticas devocionales propuestas en el diario de la Santa Faustina, a quién el Señor le reveló esta oración, están en completo acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia y su raíz están firmemente en los Mensajes de los Evangelios de nuestro Señor Misericordioso. Estos propiamente comprendidos e implementados nos ayudan a crecer como genuinos seguidores de Cristo.
Nuestro Señor le habla estrictamente de esto a Santa Faustina: Exijo de ti obras de Misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. (Diario 742).
Pidiendo la Misericordia de nuestro Señor, confiando en su Misericordia, y viviendo como personas misericordiosas nos podemos asegurar que nunca escucharemos decir «Sus corazones están lejos de mí» sino más bien la hermosa promesa de » Bienaventurados los misericordiosos, ya que ellos obtendrán Misericordia».
Para rezar la coronilla a la divina misericordia se utiliza un rosario común de cinco decenas.
- Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.
- Al comenzar cada decena (cuentas grandes del Padre Nuestro) decir:
«Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
para el perdón de nuestros
pecados y los del mundo entero.»
- En las cuentas pequeñas del Ave María:
«Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.»
- Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
«Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”
Fuente: EWTN