“Las hermandades tienen un gran potencial para acercar a Dios a muchas personas”

José Enrique González Eulate
Sevilla (1969)
Hermano mayor de Santa Genoveva

José Enrique pertenece a la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes y Santa Genoveva, de Sevilla y es actualmente el hermano mayor de la Hermandad de Santa Genoveva. Ejerce de profesor de secundaria y bachillerato en el Centro Educativo Altair de Sevilla.

Repasando su historia de vida, reconoce que recibió de sus padres una educación cristiana en el colegio, “que ha hecho que en toda mi existencia esté presente Dios, tanto en lo más cotidiano y ordinario, como en los momentos más importantes y trascendentes. Además, no entiendo mi fe sin ser compartida en mi comunidad eclesial más cercana, la familia y los amigos, sobre todo, como es lógico, en mi hermandad y mi parroquia”.

La valoración de José Enrique sobre la vivencia de la fe dentro de la hermandad es muy positiva. “Siempre he defendido que la hermandad es un cauce perfectamente válido para vivir cristianamente; junto con la parroquia a la que pertenece y que le da sentido, se pueden encontrar todos los caminos necesarios para llegar a Dios y a nuestros hermanos, se puede crecer en la fe a través de la formación y se puede llegar al resto de hermanos, sobre todo a los más necesitados”, afirma.

Hermandad y familia

Confiesa que su vinculación con la hermandad ha marcado el devenir de su vida y la de su familia. “Me siento afortunado por la participación de mi mujer y mis hijos en la vida de hermandad”.

“La piedad popular – añade – tiene muchos aspectos positivos y algunos quizás no tanto; en cierta ocasión, un párroco y director espiritual nuestro dijo una frase que nunca olvidaré: No es lo mismo estar con Dios que estar con las cosas de Dios; quizás ese es el riesgo, enredarnos en cosas que no siempre nos llevan a Dios. Pero, haciendo un balance global, la piedad popular nos proporciona una vía sensible y poderosa de acercamiento a Dios que quizás por otro lado muchas personas no llegaríamos; se trata de depurar y tener la formación suficiente para distinguir lo importante de lo accesorio, y ser lo suficientemente humilde para reconocer nuestros errores que nos alejan de Dios y ponernos en sus manos, necesarias para todo y para todos”.

Canal de gracia

En esta misma línea expresa que “las hermandades tienen un gran potencial para acercar a Dios a muchas personas, con identidad propia, pero trabajando siempre con sentido de Iglesia; esto es particularmente importante para las personas que ostentan cargos de responsabilidad en las hermandades, que tienen en sus manos el presente y el futuro espiritual de muchos cristianos, que ven en su hermandad un referente y una vía de acercamiento a Dios a través de las sagradas imágenes”.

Sobre su vinculación a la Hermandad de Santa Genoveva, detalla que sus abuelos vivían en el Tiro de Línea, donde nació su padre, “que nunca perteneció a la hermandad, pero que siempre llevaba a gala la pertenencia a su barrio y a la presencia de la hermandad en el mismo”. Recuerda que el Lunes Santo era siempre una cita ineludible para toda la familia, “tenía yo ocho años y mi hermano seis cuando mi abuela nos apuntó y empezamos a salir de nazarenos allá por 1978. Yo por aquellos entonces no vivía en el Tiro de Línea, pero desde que mi edad me permitió desplazarme con autonomía en los autobuses empecé a frecuentar la hermandad desde sus grupos de formación de jóvenes, y ya nunca perdí la vinculación”.

 

 

 

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