Martes de la 25º Semana (B)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,19-21):

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermano, pero con el gentío no lograban llegar hasta él. Entonces lo avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.»
Él les contestó: «Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.»


Comentario

Mi madre y mis hermanos

«Los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.» Digamos que Jesús ha extendido el libro de familia con un montón de hojas en blanco, tal como te lo dan cuando te casas para que vayas apuntando los hijos conforme van naciendo. Sólo que el, Juez misericordioso, no lleva ningún registro ni hay ningún funcionario que admita el nombre que se quiere imponer al recién nacido. Jesús nos da la libertad de apuntarnos en su Libro de Familia, como sus hermanos, hijos de Santa María Virgen. Pero, ojo, que  no basta con garabatear nuestro nombre y rubricarlo con la estilográfica. El pasaje evangélico de hoy lo deja bien claro, por eso lo hemos escrito al comienzo de este comentario: «Los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.» Ah, amigos, qué difícil ser hermano de Jesús, hijos del Padre en el Hijo: no basta con leer estas perícopas cotidianas, sino que hay que llevarlas a la vida para llamarse con propiedad hermano de Cristo.

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