Lunes de la 5ª Semana (C)

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,53-56):

En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas. En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban.

Comentario

Se curaban

Nuestra mentalidad racionalista nos hace mirar con desdén a esa nube de enfermos de la Palestina de tiempos de Jesús andando de un sitio a otro buscando la sanación de sus males. En aquellos tiempos, no había médicos como los que nos curan hoy, ni radiografías, ni fármacos basados en la evidencia, ni sanidad universal para todos… Por eso la gente acude a él, porque quiere sanar de su enfermedad y volver a ser aceptado en su comunidad. Jesús actúa con misericordia, sobre todo: no teme el contagio ni evita la impureza, sino que les da solución. Hoy, quizá, los males sean otros. En nuestro tiempo, tenemos doctores y resonancias magnéticas, la farmacopea provee de todo lo necesario y nuestros hospitales atienden a todo el mundo. Pero Jesús sigue sanando. Y los que tocan la orla de su manto se siguen curando. ¿De qué tiene que sanarte a ti Jesús? Piénsalo y sal en su busca como esos tullidos a los que llevaban en camilla con tal de que los viera…

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