Miércoles de la 15ª Semana (C)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-27):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»


Comentario

Has escondido estas cosas

El Papa Francisco nos ha advertido en más de una ocasión de la tentación herética del neognosticismo, ese humo del demonio que siempre ha intentado colarse en la Iglesia por la vía del estudio, el conocimiento y el afán de conocer, inobjetables si se depuran de cualquier connotación de estar más cerca de Dios por esa vía que quienes no la siguen. Aquí está Jesús dando gracias porque su predicación se la ha escondido el Padre a sabios y entendidos y, a cambio, se la ha revelado a los sencillos. Aunque sean analfabetos, aunque no entiendan teología ni sean versados en Derecho canónico. En el atardecer de la vida, nos tienen preparados un examen final con una sola pregunta. Nos la tienen anunciada para que podamos copiarnos (del modelo que es Cristo) y presentemos una hoja sin tachaduras. Para amar -que tal es la pregunta- no hace falta ser un ilustrado, ni un sabio.

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