Martes de la 29ª semana del Tiempo Ordinario (B)

Lectura del santo Evangelio según Lucas (12, 35-38)

«Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, los irá sirviendo. Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».

Comentario

Se pondrá a servirlos

El texto apremia a las primeras comunidades cristianas a mantenerse en tensión escatológica ante la inminencia del fin de los tiempos. Han pasado dos mil años y no se ha producido ese acontecimiento por lo que alguien puede estar tentado de pensar que esa tensión se puede relajar y que nosotros, cristianos del siglo XXI, no estamos urgidos por el fin de la historia. Nada más lejos de la realidad. El Señor, con esta parábola, quiere que estemos prevenidos; es más, bendice al siervo que está ceñido y dispuesto cuando su señor llega como él ha de venir en la parusía. Y junto a esa advertencia de estar alertas y vigilantes, esa bendición de quien está dispuesto, la promesa de que Jesús mismo se pondrá a servir a quienes, de entre los suyos, hayan observado esta prevención. La tensión escatológica no ha disminuido ni un segundo: es nuestra propia vida la que está en juego. 

 

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