San Vicente de Paúl (A)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (9, 1-6)

Habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: «No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos».

Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.

 Los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos

Comentario

¿Por qué esa insistencia de Jesús en la pobreza?, ¿por qué esa imposición a quienes tienen la encomienda de anunciar el reino de Dios? El Evangelio de esta jornada nos da pistas porque Jesús no subraya el contenido de la predicación a los suyos, no tanto el qué hay que decir como el cómo hay que decirlo. Y en ese estilo de predicación, la pobreza es pieza clave. Pobres andariegos de un lado a otro sin preocuparse lo más mínimo de dónde dormir y qué comer. ¿Para qué? Para que el mensaje sea creíble, para que quien lo escuche no perciba la incoherencia de predicar una cosa y hacer otra. Es un mensaje radical que no permite medias tintas como en las que nosotros solemos movernos. Ni pan ni dinero. Para no estar pendiente más que de lo fundamental: de la misión encomendada a los Doce. 

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