Santiago Apóstol (B)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,20-28):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?»
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron: «Lo somos.»
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.»
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.»

Comentario

Mi cáliz lo beberéis

Solemnidad de Santiago apóstol en el calendario litúrgico y festivo en Galicia y algunas poblaciones en el calendario civil. Pero el Evangelio no entiende de celebración con fuegos artificiales y atractivos turísticos sino de martirio. Santiago, el Santiago que invocaban las huestes cristianas en su guerrear por la Reconquista, fue el primero de los apóstoles en entregar su vida. La pieza del Evangelio que se nos presenta hoy habla de ese cáliz amargo que es la entrega por Jesús hasta la propia vida. La pretensión de la madre de los Zebedeos es comprensible, ahí está retratada cualquiera de nuestras madres. Pero la respuesta del Maestro es tajante, radical, cortante como espada de doble filo: «El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor». ¿Quién sirve más que quien entrega su propia vida? La primera lecutra del día, de los Hechos de los Apóstoles, recoge el martirio de Santiago por esta respuesta petrina: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres». Aun a costa de la propia vida.

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