SARUS, un espacio para la fe en la Universidad

Un acuerdo  rubricado entre la Archidiócesis  y la Universidad de Sevilla el 22 de noviembre de 1988 dio lugar a la creación del Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS). Esto supuso un reconocimiento institucional importante a la labor que se desarrolla desde la pastoral universitaria a favor del crecimiento en la fe, el diálogo con la cultura y la atención social a los miembros de la comunidad universitaria más necesitados. Su actual director es Álvaro Pereira (Montellano, Sevilla, 1979), sacerdote desde el año 2003 y doctor en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. 

 ¿Lo llamamos Delegación de Pastoral Universitaria o SARUS, Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla?

 Los nombres abrazan identidades, así que nos llamamos de diverso modo según nuestra misión. El SARUS es un servicio que pertenece a la Hispalense y que nació de un fecundo convenio entre Iglesia y Universidad. Su director es propuesto por el arzobispo y nombrado por el rector. Su cometido es atender los asuntos religiosos de la Universidad. La Delegación, en cambio, es un órgano propiamente eclesial que atiende no solo a la Hispalense, sino también a la Olavide y que ofrece un servicio de comunión a las labores pastorales de los grupos universitarios del CEU, la Loyola, los religiosos y otras formas de vida eclesial (Salesianos, Esclavas del Sagrado Corazón y del Divino Corazón, Claretianos, Jesuitas, la Salle, Redentoristas, Opus Dei, etc).

 Defina en pocas palabras el cometido de este sector de la pastoral.

Evitar el silencio de Dios en la Universidad y propiciar espacios de confianza para que los miembros de la comunidad universitaria —en la Hispalense más de 80.000, en la UPO en torno a 10.000— puedan crecer en la fe y desarrollar su humanidad.

 ¿Dónde termina la Pastoral Juvenil y comienza la Universitaria?

La Pastoral Universitaria no solo atiende a jóvenes estudiantes, también sirve a los profesores y al personal. Además, tiene la misión específica de favorecer el diálogo entre la fe y la cultura, de forma que ofrezcamos razones, no solo emociones, de nuestra esperanza. Por otro lado, me siento muy satisfecho de la colaboración estrecha que existe entre la Pastoral Juvenil y la Universitaria ¡En la Iglesia estamos para trabajar unidos! 

Si importante es la formación académica no lo es menos la formación en valores que ustedes ofrecen…

La Universidad tiene en su entraña un impulso humanista que no solo buscar formar mentes sino personas en su conjunto. Una de nuestras experiencias más gratificantes es precisamente percibir que cuando los universitarios crecen en fe y en humanidad ¡También sacan mejores notas!

 ¿Con qué inquietudes llegan los universitarios al SARUS?

Intentamos que, busquen lo que busquen (desahogo de sus problemas y pecados, sacramentos, créditos de libre configuración, formación religiosa, amigos, ayuda económica o, simplemente, saciar su curiosidad) se lleven un poco de esperanza y una palabra sobre Cristo. La mayoría de veces lo conseguimos.

 ¿Y el profesorado?

He encontrado en la Universidad profesores cristianos de una tremenda valía tanto académica como humana. Ellos buscan asistencia espiritual, calidez humana, celebración de sacramentos o formación en Teología. Normalmente dan más que reciben.

Un aspecto destacado de la labor que realiza el SARUS en la Universidad es Cáritas Universitaria que lleva dos años en marcha. ¿Qué ha supuesto esto para los universitarios?

Ahora mismo es la perla de nuestro servicio. Emociona ver la cara o leer los correos de estudiantes que, aún sacando adelante los estudios, se ven abocados a que sus matrículas se cancelen porque sus situaciones, a veces dramáticas, les impiden pagarlas, y que desde Cáritas Universitaria reciben una nueva posibilidad de seguir estudiando. Hay una comisión formada por alumnos y profesores que analizan los casos e intentan dar una solución, no solo a nivel económico. La Hermandad de los Estudiantes está también muy comprometida en el tema. E

 ¿Despierta recelos en sectores universitarios la presencia de un servicio religioso en la Universidad?

La necesaria pluralidad de nuestra sociedad hace que ciertamente haya quien desearía erradicar la presencia de los cristianos en la Universidad. Y a veces lo expresan de forma muy sonora. Pero esto, al contrario de ser una rémora, nos mantiene despiertos y nos impulsa a servir más y mejor. Por otro lado, para nada nos sentimos perseguidos. Tanto los equipos de gobierno de las dos universidades públicas como la mayoría de miembros de la comunidad universitaria respetan nuestro servicio.

 

 ¿Siente que siguió una vocación sacerdotal para hacer lo que está haciendo?

Esta es una de las certezas del sacerdocio: nunca habrías pensado que el Señor te pondría donde estás, pero siempre tienes el secreto convencimiento de que allí ya estaba Él esperándote.