Jueves de la 3ª semana del Tiempo Ordinario (C)

Lectura del santo Evangelio según Marcos (4, 21-25)

Les decía: «¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para ponerla en el candelero? No hay nada escondido, sino para que sea descubierto; no hay nada oculto, sino para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír que oiga».

Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene».

Comentario

La lámpara se trae para ponerla en el candelero
Cuántas veces hemos tropezado con ese aserto -«Al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene»- que nos asalta desde la perícopa del Evangelio de hoy. Pareciera la suprema manifestación de la injusticia redistributiva porque el que tiene verá acrecentada su fortuna y el carente de todo, será desposeído. Eso si examinamos la frase en términos materiales. Pero desde el punto de vista espiritual, la cuestión es diferente. Justo a renglón seguido de la parábola del sembrador, podemos interpretar que sólo se le dará fruto para que coseche a quien tenga tierra buena, roturada y dispuesta para la siembra. A la luz de esta lectura, no son nuestros planes ni nuestros esfuerzos los que consiguen nada, sino la gracia desbordante que se derrama como la semilla en tierra fértil.

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