El sexto sentido

El año 1999 vivimos momentos emocionantes, y no solo por la proximidad del comienzo de un nuevo milenio, sino también en lo que al mundo del cine se refiere: Shakespeare in Love fue capaz de arrebatarle el premio Oscar a la Mejor Película a Salvar al soldado Ryan, la favorita de aquella noche; Roberto Benigni triunfaba en todo el planeta con una fábula ambientada en la II Guerra Mundial titulada La vida es bella; y las películas más taquilleras venían de galaxias muy muy lejanas avistadas en La amenaza fantasma, o desde mundos virtuales como Matrix donde todo era posible. Sin embargo, la película que dio la bienvenida al inminente siglo XXI fue El sexto sentido, de M. Night Shyalaman.

La que se convirtió en la película de terror más taquillera de la Historia del Cine, narra la historia de Malcom Crowe, un conocido psicólogo infantil que debe ayudar a Cole, un niño aterrorizado y confuso que dice recibir visitas de fantasmas atormentados. La razón más obvia y poderosa de por qué la película sigue siendo recordada en la actualidad, es por su impactante final, imitado en infinidad de ocasiones. En España no supimos el desenlace del filme hasta el 20 de enero del año 2000, es decir, cinco meses después de su estreno en USA. Menos mal que entonces no existían Twitter o Instagram.

Pero la clave que convierte a la película en magistral es que no se trata solo de una cinta de terror. Su director siempre defendió que deseaba contar una historia de amor, y que los fantasmas son solo un mcguffin (término acuñado por Hitchcock) que actúa como catalizador del relato. Una historia de amor romántico, encarnada en una pareja de enamorados incapaces de comunicarse entre sí a causa de un terrible suceso. Pero también una historia de amor entre una madre y su hijo, que no pueden quererse ni entenderse del todo por culpa de sus miedos e inseguridades. Y finalmente una historia de amistad entre dos personas muy diferentes entre sí, que se ayudan mutuamente para superar obstáculos teóricamente insuperables. De paso, Shyalaman denuncia la lacra del acoso escolar y sugiere cómo vencerlo sin renunciar a ser uno mismo.

Emoción, tensión, sustos, una gran banda sonora, un impactante final, y un director y un reparto en estado de gracia. El resultado: un rotundo éxito en la taquilla mundial y 6 nominaciones a los premios Oscar, incluyendo el de Mejor Película. Al que no la haya visto, le envidio y le animo a que lo haga. Y a quien ya la conozca, le invito a disfrutarla de nuevo. Merecerá la pena.

 Juan Carlos Deán del Junco

 

 

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