San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir (B)

Lectura del santo Evangelio según Mateo (19, 13-15)

Entonces le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban. Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos». Les impuso las manos y se marchó de allí.

Comentario

«De los que son como ellos es el Reino de los Cielos»

     Los niños viven con la absoluta confianza de que sus padres los quieren, no dudan sobre su amor, ante cualquier temor acuden a los brazos de su padre porque saben que los va a defender. Son espontáneos, no le dan vueltas a las cosas, si hay un enfado enseguida están jugando como si nada hubiese pasado; son sencillos y no pasan factura. No hay hipocresía en ellos, si quieren dan besitos y si no quieren dicen «no tengo». Son alegres y serios para las cosas importantes, me decía la mamá de un niño, de dos años con cáncer de hígado, que cuando la ve triste con los ojos llorosos le pregunta, con su media lengua: «mami, ¿qué te pasa?»
     Los niños tienen gran capacidad de admiración y de trascendencia, al entrar en un templo se quedan embargados por el ambiente, miran las imágenes embobados, sonríen y señalan, a veces los bebés gritan como queriendo cantar.
     Hace unos días tras comer en casa de un amigo, hablábamos en su sala de trabajo, él hace figuras de cartón y escayola. Su nieto cumplirá dos años a finales del próximo septiembre, entró allí y se acercó a una gran caja donde su abuelo está guardando muchas figuras de animales que está haciendo para el Belén. Yo empecé a preguntarle por los patos, la gallina y demás animalitos, le decía «¿a ver?», pero él los sacaba de la caja y los ponía a sus pies. Siguió rebuscando y al sacar una figura de la Virgen con el Niño Jesús en sus brazos, le dio un beso y me la acercó sin que le hubiese dicho nada. Me la entregó y me sonrió. Nos quedamos perplejos, porque yo como un tonto sólo le pedía los animales y él me dio a quien de verdad necesitamos.
     Creo que no hay que hacer más comentario: «de los que son como ellos es el Reino de los Cielos». Amén

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