San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia (B)

Lectura del santo Evangelio según Mateo (11, 28-30)

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Comentario

Venid a mí todos los que estáis cansados
El evangelista Mateo es el único que recoge esta declaración programática para el hombre de nuestro tiempo. Presumiblemente, no haya habido otra época de la historia de la humanidad en que se haya evidenciado de manera más atroz el cansancio y la fatiga por el simple hecho de existir. El ritmo acelerado de vida, las preocupaciones cotidianas, las relaciones complicadas de una sociedad cada vez más compleja, la presión que añaden nuestros prójimos a la que nosotros mismos nos marcamos… cada uno puede seguir enumerando razones de su día a día en que se reflejen ese cansancio y ese agobio del que Jesús viene a salvarte. En Cristo está la solución del mundo, aunque el mundo haga como que lo ignore, aunque prefiera recetar ansiolíticos y tranquilizantes para hacer soportable la vida, que guardamos como un tesoro en el arca para que no se nos gaste ni se nos emborrone. La solución de Jesús es radicalmente opuesta: saca el tesoro del arcón y usa la vida que Dios te ha regalado para hacer más llevadera la de los demás. Y en ese yugo encontrarás la felicidad. Tenlo por seguro.

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