Miércoles de la 28ª semana (C)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,42-46):

En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!»
Un maestro de la Ley intervino y le dijo: «Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.»
Jesús replicó: «¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!»

 

Comentario

¡Ay de vosotros, fariseos!

El Evangelio de hoy contrapone dos actitudes: la del simple cumplimiento de lo preceptuado, que es la actitud de los fariseos a quienes interpela Jesús, y la del amor de Dios. Cuando le echa en cara a fariseos y maestros de la Ley que se queden en la mera letra estipulada, a la vez les está proponiendo un nuevo campo al que saltar: el derecho y el amor de Dios. Las lecturas de hoy hacen referencia a la retribución que espera a los justos. El último día no se nos va examinar por el diezmo de la yerbabuena y la ruda, una minucia que fácilmente puede pasarse por alto, sino por el amor de Dios que hayamos sabido transmitir a los demás. La medida de la libertad es el amor, y ciertamente el amor de Dios.

 

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