San Vicente, diácono y mártir (C)

Lectura del santo Evangelio según Marcos (3, 20-21)

Llega a casa y de nuevo se junta tanta gente que no los dejaban ni comer.

Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.

Comentario

«No los dejaban ni comer»

Con los datos del informe Foessa de la Fundación Santa María, Cáritas nos presenta un cuadro bien complicado para muchas familias, a las que con la subida de precios, luz, agua, combustibles e impuestos en general «no les dejan ni para comer». En el caso que nos trae hoy el Evangelio el motivo es bien distinto.

La gente está tan entusiasmada con las enseñanzas de Jesús y con los signos que realiza que acuden en masa a buscarlo, reclamando su ayuda y necesitados de sus palabras. Y Jesucristo se entrega sin medida, aunque no tenga tiempo ni para comer ya nos dirá más adelante que Él tiene otro alimento, porque «no sólo de pan vive el hombre».

Sus familiares piensan que no está en sus cabales y si es que lo toman por loco, verdad es que está loco de amor. Y en esta locura debemos entrar nosotros, todos, entregándonos con alegría a nuestros hermanos para compartir con ellos lo que somos y tenemos. Más aún con aquellos a los que la crisis que atravesamos nos les deja ni comer.

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