El pueblo de Israel fue sacado por Dios del yugo de Egipto, como dice la primera lectura: “con signos y prodigios y nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me has dado» Deuteronomia 26:4-10
Nosotros estamos en la tierra que nos ha dado Dios para producir sus frutos, a pesar de las grandes dificultades que vamos encontrando, puesto que el mundo nos presenta un disfrute que, sin el don de discernimiento y como fin la entrega a los más necesitados, y sin la seguridad de la misericordia de Dios, quedaríamos “confundidos”.
¡Qué fácil es tras el sufrimiento, buscar la manera de compensar lo pasado!
Esa es la situación en la que el diablo pone a Jesús, tras pasar 40 días en el desierto, con hambre y en soledad, cuando Él podría haber superado toda dificultad.
¡Cuántas veces en nuestra vida nos hemos encontrado en situaciones adversas!
Por ello los planteamientos que aparecen en este domingo, en la vida de Jesús, son todos personales:
- Hambre, que encubre todo deseo insatisfecho, en la mayoría de ocasiones perjudicando al prójimo o sirviéndose de él.
- Deseo de riqueza, aún sin pasar grandes dificultades económicas y por ello sin preocuparnos de los que carecen de lo necesario.
- Deseo de poder, que se puede traducir en querer estar siempre por encima del otro, en el trabajo, en la familia, en el grupo, y que en todos los ambientes, aún en el religioso, es un germen de desunión.
Las tres tentaciones se puede decir que son el compendio de todos los malos deseos que se nos presentan a lo largo de nuestra vida.
Para Cristo, nos las presentan en el Evangelio como la preparación de su vida pública.
¿Y nosotros, sabemos hacerles frente con tanta seguridad?
Es necesario para nuestra vida de fe, entrar en esta Cuaresma meditando en lo anterior para, pidiendo a Cristo nuestra unión con Él, nos conceda el don de discernimiento con el fin de saber descubrir y así rechazar las tentaciones que esta sociedad nos ofrece.
Y las cuentas imposibles
Verónica vive con sus tres hijos. Los cuatro viven de los 690 euros que cobra Verónica limpiando. El resto del dinero que sería suficiente para llegar dignamente a fin de mes no existe y por eso Verónica se afana en hacer malabarismos y reducirlo todo a la mínima expresión de sus posibilidades.
De lunes a jueves sus dos hijos menores acuden dos horas al centro de Save Children donde les apoyan en el estudio, les proponen juegos con otros niños y niñas del barrio y le dan atención psicológica cuando la necesitan.; «Cada seis meses en Save the Children me dan un vale para comprar material escolar y ropa para los niños. La verdad es que nos ayudan mucho porque gracias a eso mis hijos visten».
Pobreza energética
Casi un millón de personas atendidas por Cruz Roja tieneque elegir entre comer bien o calentar su casa.
El 65% de los 1,7 millones de personas atendidas por la organización tiene problemas para afrontar los gastos de la vivienda.
Casi un millón de personas atendidas por Cruz Roja Española se ven obligadas a elegir entre pagar gastos básicos, como los alimentos, medicinas o material escolar, o calentar su hogar.
Suponen el 58,8% de los 1.700.000 asistidos por la organización a través de programas sociales, según el boletín sobre vulnerabilidad social presentado este miércoles.
El análisis está centrado en vivienda y pobreza energética y ha sido elaborado a partir de una encuesta a 849 personas.
El 65% tiene dificultades para afrontar los gastos en la vivienda (hipoteca o alquiler, suministros, comunidad, seguros, impuestos municipales…) y el 83% se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, una tasa tres veces más alta que en la población en general.
En la imagen, una mujer en situación de pobreza energética, en 2017 en Madrid. Información del diario El País.
La situación en Venezuela es insostenible a nivel humanitario
El número de personas que han salido de Venezuela en los últimos años supera los 3 millones, de los que 2,4 millones se encuentran en países de América Latina y el Caribe.
Entre ellos, más de 500.000 son niños y niñas que se han visto obligados a huir a Colombia, Perú, Ecuador, Brasil y el Caribe y que necesitan ayuda humanitaria.
La autoproclamación de Juan Guaidó como presidente puede derivar en tensiones internas que aumenten la crisis migratoria.