Una visita a la Catedral de Sevilla

La Catedral de Sevilla y la Giralda han reabierto sus puertas a la visita cultural, en 6 grupos reducidos de hasta 50 personas cada uno, los martes, jueves y sábados de cada semana. La visita a la Catedral de Sevilla es un viaje en el tiempo, un lugar de fe que es también un museo vivo con auténticas obras de arte y un itinerario para conocer la historia de una ciudad.

La Catedral de Sevilla es la consecuencia de una serie de crisis de crecimiento. La mezquita aljama del Salvador, pese a sus dimensiones, se quedó pequeña en la ciudad musulmana. El poder civil, que iba entonces emparejado al poder religioso, decidió levantar una nueva mezquita. La construcción se inició en 1172 bajo la dirección del arquitecto Ahmad ben Baso. De aquella obra almohade se conservan el Patio de los Naranjos y la Giralda, antiguo alminar del oratorio islámico. Ésta se empezó a construir en 1184 (doce años después de la mezquita) por deseo del sultán Abu Yacub.

Turris Fortísima

En 1984, con motivo del octavo centenario de la terminación de la llamada Turris Fortissima, el Cabildo organizó una exposición con un cartel en el que aparecía la Giralda en una toma impresionante captada por la cámara del fotógrafo sevillano Atín Aya.

El alminar lo coronaban cuatro manzanas desiguales, doradas y superpuestas, y colocadas en 1198. En 1356, a causa de un terremoto, se desplomaron. Se sustituyeron por un pequeño campanario hasta que en 1558 el arquitecto Hernán Ruiz inició la construcción del actual cuerpo de campanas. El 23 de noviembre de 1248, es decir, cuarenta años después de la colocación definitiva del alminar almohade, las tropas de Fernando III vencían la resistencia de Axataf, caudillo árabe de Sevilla, poniendo fin a un cerco que se prolongó a lo largo de catorce meses.

La antigua mezquita empezó a cumplir funciones de templo cristiano, pero como antaño también vivió su particular crisis de crecimiento. La decisión de construir el templo gótico surge por acuerdo capitular de 8 de julio de 1401 ante el estado ruinoso de la antigua mezquita. La Catedral se terminó en 1506. El final de sus obras dio paso en el frenesí urbano de la ciudad a los preparativos de la primera vuelta al mundo, empresa liderada por el portugués Fernando de Magallanes.

La Catedral de Sevilla con todas las garantías

La Santa Iglesia Catedral de Sevilla, como todos los templos de la ciudad, permaneció cerrada durante tres meses con motivo del estado de alarma al culto y acaba de abrirse a las visitas turísticas con todas las garantías sanitarias de distancia social, uso de mascarilla y desinfección de todos los materiales.

La visita a la Catedral de Sevilla es un viaje en el tiempo, un lugar de fe que es también un museo vivo con auténticas obras de arte y un itinerario para conocer la historia de una ciudad que en los momentos que estrenó este edificio era una de las ciudades más importantes del mundo, con un río Guadalquivir navegable que hacía de su puerto un elemento de conexión con los principales destinos culturales y comerciales. El Orto y Ocaso de Sevilla, en palabras de Antonio Domínguez Ortiz, sus avances y sus reveses, sus conquistas y renuncias.

Giraldillo

Todo es grande como la grandeza de Dios en este habitáculo de la Fe que triunfa en el Giraldillo. Se quedó pequeña la mezquita del Salvador para los árabes; se quedó ruinoso el edificio para el cabildo catedralicio ya en la época cristiana. Lo único que redujo sus dimensiones fue el monumental cimborrio afectado por un derrumbamiento en 1511 y sustituido por otro de cuerpo más rebajado que también sufrió los estragos del terremoto de Lisboa de 1755.

La Catedral ha vuelto a abrir sus puertas a los fieles, a los sevillanos y a los turistas. Éstos, atraídos por una de las joyas de la arquitectura universal, están siendo recibidos con los brazos abiertos en un año muy difícil para la diócesis, que está incardinada en los problemas de la propia sociedad. Quienes entren por alguna de sus puertas descubrirán el pulmón de la religiosidad de un pueblo, la aduana que cada Semana Santa atraviesan todas las hermandades con sus titulares para que Jesucristo y la Virgen María, su madre, protagonistas estelares de este edificio, venerados por los mejores artistas, recojan en las calles de la ciudad el fervor de sus gentes cuando la Catedral se desparrama en esquinas, balcones y barreduelas.

    FRANCISCO A. CORREAL
MÁS INFORMACIÓN:

Las visitas culturales se harán conforme a las nuevas exigencias de seguridad y enfatizando que la prioridad será la seguridad del personal de atención y la de los visitantes, de tal forma que la Catedral-Giralda sea “espacio seguro”.  Para ello, será imprescindible la compra online anticipada de la entrada en la web www.catedraldesevilla.es 

Las visitas se realizarán de forma acompañada por el  mismo personal del Cabildo, en grupos que no superen las 50 personas cada uno, en tres tramos horarios, con acceso simultáneo de dos grupos en horario de: * 10:00 h. *  11:45 h. *  13:30 h. La entrada se hará por la Puerta del Lagarto y Puerta de la Campanilla, según le indique el sistema de compra.

Para evitar el uso de efectivo en caja, las entradas podrán adquirirse únicamente on line, incluidas las entradas gratuitas,  a través de la dirección oficial https://www.catedraldesevilla.es/ a partir del miércoles día 15 de julio.

El precio de la entrada mantiene la tarifa oficial 2020:

Entrada general: 10,00 euros

Entrada reducida: 5,00 euros: Pensionistas / Estudiantes de hasta 25 años

Entrada gratuita*: Naturales o residentes en la Archidiócesis de Sevilla / Menores de hasta 14 años acompañados por un adulto / Discapacitados a partir del 65 % y un acompañante en caso de necesitarlo / Desempleados

* Acreditándolo mediante documento oficial.

Audioguía: 4,00 euros

  • Los visitantes podrán adquirir audioguías. No se autorizan las visitas guiadas por personal externo al Cabildo.

 

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