Convento de Santa María de Jesús

Su fundación se remonta a inicios del siglo XVI a instancias de D. Álvaro de Portugal, nacido en Évora y que fue presidente del Consejo de Castilla durante el reinado de los Reyes Católicos. Su fervor por la Orden de Santa Clara le movió a adquirir unas casas en la collación de San Esteban de Sevilla en 1502, estando edificado el cenobio hacia 1520 e iniciándose la vida monástica con monjas procedentes del Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba. Serían tres con él los conventos de clarisas en nuestra ciudad que ya contaba con fundaciones tan señeras como Santa Clara y Santa Inés.

El Convento de Santa María de Jesús es una isla de paz en pleno centro de la ciudad. Su iglesia permanece abierta por la mañana con exposición del Santísimo y los lunes por la tarde, siendo el culto a San Pancracio uno de los focos importantes de la devoción popular sevillana. En este convento se integraron las monjas que permanecían en Santa Clara hasta su cierre definitivo y de las que solo vive Sor Asunción. Fue sin duda una gran pérdida para nuestra ciudad, ya que en Santa Clara se mantenía la vida monástica de forma ininterrumpida desde el siglo XIV. El envejecimiento de la comunidad y la falta de vocaciones hicieron ciertamente inviable su permanencia

Sor Leticia, clarisa mexicana que llegó a Sevilla hace veintiséis años acompañada de tres monjas más con la idea de revitalizar Santa Clara, y que me atrevería a definir como el alma de la comunidad, nos informa que son actualmente 19 monjas, una de ellas profesa simple y otra postulante. Seis son españolas, seis mexicanas, tres del Perú, dos de Tanzania, dos de Kenia y una italiana. Su abadesa es la mexicana sor Lucía. Aún permanece vivo el recuerdo de Madre Clara, una zamorana que subió al Padre hace pocos años tras casi sesenta años de vida monástica.

Entre sus ocupaciones están la elaboración de dulces según es tradición en las clarisas. La misa conventual es a las ocho de la mañana los días laborables, los sábados, domingos y festivos a las diez. Es posible asistir al rezo de tercia y sexta acompañados por el excelente coro conventual dirigido por Sor María José.

Las clarisas forman parte de la rama femenina de la orden franciscana y dedican su vida a la contemplación en un espíritu de pobreza y entrega absoluta a la oración y a los demás. En su puerta se ven diariamente personas que acuden pidiendo alimentos que ellas dan sin miramientos. Mientras podamos, nos dice Sor Leticia, lo que tengamos es para repartirlo entre los que lo necesiten. A nosotras nos dan y nosotras lo compartimos. Al pasar por la calle Águilas, nos atraerá el intenso aroma del obrador que nos transportará a aquellos olores de la infancia que quedaron para siempre prendidos en nuestra memoria. Si decidimos entrar en la iglesia y permanecer un rato junto al Santísimo nos sentiremos inmersos en un clima de espiritualidad rodeado de obras de arte, aunque las auténticas obras de arte son las monjas que habitan y dan vida al monasterio. Como me dice Sor Leticia, lo importante de un monasterio no son los muros, sino la vida que hay dentro. Parece mentira que con solo traspasar una puerta todo cambie tanto.

 

Ismael Yebra


CONTACTO

Dirección: Calle  Águilas, 22. C.P. 41003, Sevilla
Teléfono: 954 22 80 66

Obrador abierto de lunes a viernes, de 9.30 a 12.30 h; de 16.30 a 19 h.

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