«Lo fundamental del confinamiento es que de todo lo malo se puede sacar algo bueno».

Leticia Rueda es esposa, madre de Paula y Lucía y profesionalmente ejerce como profesora de Inglés en el Colegio Highlands de Montequinto.

Durante el confinamiento por la Covid-19 ha desarrollado ambos roles en casa, quien junto a su marido ha teletrabajado durante el estado de alarma. Una vez superada largas semanas de exigencia e incertidumbre, comparte cómo ha aprovechado esa vivencia para compaginar ambas tareas.

¿Vivir o sobrevivir?

Ha habido de todo. He tenido momentos fáciles y momentos más tensos. Profesionalmente ha sido todo un reto porque era adaptar todo lo que nosotros hacíamos en la enseñanza presencial a la enseñanza a distancia y eso ha supuesto muchas horas de trabajo y a veces un poco de estrés, pero por otra parte ha sido una experiencia muy enriquecedora porque yo he aprendido mucho y a mí me encanta aprender.

Y luego ver cómo las alumnas se conectaban todos los días con los pequeñitas que eran y que seguían las clases con una sonrisa en los labios y entonces veías que todo ese trabajo no caía en saco roto sino que tenía un fruto.

Como madre no podía encargarme de nada de las niñas porque ellas se conectaban al mismo tiempo que me conectaba yo. En ese sentido ellas han ido muy bien. Yo creo que gracias también a sus profesoras que las han ido guiando muy bien. Luego han habido momentos un poco más tensos, yo notaba que necesitaban salir a la calle, correr, saltar y estar con las amigas y eso le generaba mucha energía muy retenida, pero creo que el Señor nos llamaba a aumentar nuestra paciencia.

¿Y cómo familia cristiana?
Siempre intentamos buscar nuestro ratito espiritual. Todas las noches cuando las niñas se acostaban, mi marido y yo hacíamos una oración conyugal, hacíamos y seguíamos haciendo. Era además mi remanso de paz. Bajo el Evangelio y la presencia del Señor poner todo lo bueno que nos había pasado y todo lo que nos pasaba, es como recargar las pilas.

¿Crees que la fe ha aportado a las familias un modo distinto de vivir el confinamiento?
Yo creo que sí. Yo creo que las casas se han vuelto un poco iglesias domésticas.

¿Qué lecciones sacarías tú de todo este momento que estábamos viviendo?
Yo creo que lo fundamental es que de todo lo malo se puede sacar algo bueno.

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