Lunes de la 6ª Semana (C)

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,11-13):

EN aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

18-02-19
Comentario

Reclama un signo
La actitud de Jesús hacia los fariseos viene a decir: ¿qué más signo queréis? Hay incluso un punto de fastidio, como relata el evangelista, abandonándolos en la orilla antes de embarcarse, harto de que lo pongan permanentemente a prueba. Ese mismo suspiro antes de dar la respuesta evidencia el cansancio que le causan las diatribas de los fariseos y sus preguntas trampa. Pero esa generación de hipócritas que trama para dejarlo en evidencia no se merece más explicación, como el buen padre de familia que aburrido de la interminable llorera caprichosa de su hijo, corta de plano cualquier discusión: «No se le dará un signo a esta generación». No y ya está. Porque el verdadero signo, que sólo se puede contemplar con los ojos de la fe, es el mismo Jesús, el Verbo hecho hombre que habitó entre nosotros. Conviene aplicarse la lectura del día cuando en nuestro fuero interno exigimos de Dios que intervenga en nuestras vidas casi como quien le da un ultimátum: o me concedes esta gracia o dejo de frecuentar tu amistad. ¿No será esa actitud interesada tan impresentable como la que evidenciaban los fariseos en época de Jesús?

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