Santo Tomás Moro, patrono de los hermanos mayores

Tengo una especial simpatía hacia Santo Tomás Moro,  personaje inglés del siglo XVI, con una biografía asimilable a la de cualquier profesional liberal  con éxito de nuestros días.

Nació en Londres (14, desde niño sus padres le procuraron una educación exquisita. Estudió derecho y comenzó a trabajar ejerciendo la abogacía en la capital inglesa. A partir de ahí fue desarrollando una brillante carrera profesional: profesor universitario, administrador de la Universidad de Oxford y la de Cambridge. Tras una breve pero intensa carrera política es nombrado Lord Canciller de Inglaterra,  lo que hoy sería algo así como Primer Ministro.

Al cabo de un tiempo dimite por discrepancias con Enrique VIII, su rey. Se niega a jurar la Ley de Sucesión  y el Acta de Supremacía,  por la que el rey inglés se autoproclamaba cabeza de la Iglesia en Inglaterra, separándose de la Iglesia Católica. Dimitir en aquella época suponía enfrentarse al rey. Encarcelado en la Torre de Londres, termina siendo ejecutado.   San Pío XI lo canonizó en 1935 y San Juan Pablo II lo proclamó «patrono de los hombres de gobierno», lo que nos permite extender su patrocinio también a los responsables del gobierno de las hermandades.

En el  documento pontificio en el que se proclama este patronazgo por San Juan Pablo II se exponen las notas biográficas de Tomás Moro que avalan este nombramiento, para que sirvan de guía a sus patrocinados.

Me limito a transcribir algunas  frases   de ese documento en las que se enumeran algunas de sus cualidades, añadiéndoles las posibles sugerencias para la junta de gobierno:

-[Tomás Moro fue] persona muy conocida por sus méritos intelectuales y por la modernidad de muchos de sus planteamientos.

La misión del Hermano Mayor no consiste en repetir, con el mayor esmero y diligencia, lo que “siempre se ha hecho así”, sino procurar una innovación ponderada apoyada en planteamientos doctrinales rigurosos.

-[En él destaca] … la convergencia de responsabilidad política y coherencia moral, la armonía entre lo sobrenatural y lo humano, la  unidad de vida sin residuos.

Mantener esa unidad de vida no es cabezonería, sino firmeza en unas convicciones rigurosamente asentadas.

Su actividad como escritor …le reportó asimismo un prestigio inigualable.

Esa intensa formación doctrinal y religiosa la pone de manifiesto en su obra escrita.  La que muchos consideran su obra maestra  “Diálogo de la  Fortaleza contra la Tribulación”, escrita estando preso en la Torre de Londres, es un canto a la libertad entendida como la libre elección entre vínculos que conducen al Bien, aplicando la razón a los principios morales objetivos.  La lectura de esta obra es muy recomendable para los hermanos mayores, o quienes aspiran a serlo,  y miembros de juntas de gobierno.

-Fue un mártir de la libertad en el sentido más moderno del término, porque se opuso a la pretensión del poder de dominar sobre las conciencias, 

Desde luego que mantener esa unidad de vida no es tarea fácil en ocasiones, aunque ahora no se corra el peligro de ser decapitado, pero sí criticado o “cancelado”, en la más pura ideología “woke”. En las hermandades “el poder” lo conforman ese grupo de hermanos, que nadie identifica pero todos conocen, que pretende influir en las decisiones de gobierno, o torpedearlas cuando  no coinciden con sus criterios

-La política nunca fue para él una profesión interesada, sino un servicio con frecuencia arduo al que se había preparado concienzudamente.

Ser Hermano Mayor no es una finalidad, ni la culminación de una supuesta “carrera cofrade”,  es una ocasión de servicio que exige una preparación anterior.

Y todo ello sin dramatismo, impregnado de buen humor, aprendiendo a reírse de uno mismo, a no tomarse en serio, a no apegarse al cargo. Una alegría  que hunde sus raíces en la filiación divina. Esta actitud la resumía en una sentencia:

-“Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse”.

Parece evidente que el patronazgo de Santo Tomás Moro sobre quienes tienen funciones de gobierno es perfectamente extensible a los hermanos mayores, a quienes conviene conocer su biografía y su obra, y encomendarse a él.

Ignacio Valduérteles