«El kerigma es ese encuentro personal que tienes con el Señor, un encuentro de cada uno que es para toda la vida, del día a día que repercutirá en toda tu vida, en tu familia, en los momentos de soledad. Es un encuentro que lo mantienes, que lo tienes, ese encuentro te hace testimoniarlo en tu pequeña comunidad y es un testimonio diario de que vas acompañado, es un cambio radical».
Post relacionados
Lectura del santo Evangelio según Juan (15, 9-17) Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en
Lectura del santo Evangelio según Mateo (17, 10-13) Los discípulos le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (21, 12-19) Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos
Madre del Amor, tú que nos enseñas a amar a Dios y al prójimo, llevamos a crecer en la pureza
Como María, sabemos estar junto a los que sufren, alegrarnos con los que se alegran. Hacernos todo para todos, en
Lectura del santo evangelio según San Mateo (20, 1-16) «Pues el reino de los cielos se parece a un propietario que al
Lectura del santo evangelio según Marcos (4, 1-20) Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un
Lectura del santo evangelio según San Mateo (16, 13-19) Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus
Lectura del santo Evangelio según Mateo (6, 1-6. 16-18) Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para
Lectura del santo Evangelio según Lucas (6, 43-49) Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que
Lectura del santo Evangelio según Lucas (10, 17-24) Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo: «Señor, hasta los demonios se
Lectura del santo evangelio según San Juan (17, 1-11a) Así habló Jesús y, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado
Lectura del santo evangelio según San Mateo (20, 17-28) Mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les
En este episodio, fresco y dinámico, nos centramos en un tema que no es ajeno a ninguna relación, ya sea
Virgen María, Tu, eres la esperanza de los oprimidos, ilumina nuestra senda. V. Reina del Cielo, alégrate, aleluya. R. Porque