San Andrés, apóstol, fiesta (A)

Lectura del santo Evangelio según Mateo (4, 18-22)

Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban
echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de
hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos,
a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con
Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Comentario

Os haré pescadores de hombres

El relato de la vocación de Andrés, cuya fiesta celebramos hoy como remate del mes de noviembre, y su hermano Simón Pedro, es muy parco en palabras. No se nos describe nada, no se nos aporta información adicional, apenas entrevemos las circunstancias de que estaban echando las redes. Justo en ese momento. No en otra ocasión, sino en mitad de la faena. Así se presenta la llamada de Jesús. No cuando estamos ociosos o dispuestos, sino cuando Él considera oportuno. Lo único que se nos narra es que lo dejaron todo, incluidas las redes, para hacerse pescadores de hombres. Andrés y Pedro, Juan y Santiago, hombres de mar curtidos en el mar de Tiberiades y sus vientos cambiantes, no iban en pos de un ideal ni una filosofía ni una revolucionaria forma de gobierno. Lo dejaron todo por seguir a una persona que los llamó y los invitó a participar de su apasionante tarea de predicación. Allí donde les pilló, en mitad de la faena, trajinando con su oficio, sin despegarse de la realidad en que vivían. Así te llama también Jesús cada día, sin esperar a que las circunstancias cambien, ni a que te jubiles y tengas tiempo libre, ni a que tu abuelo salga del hospital, ni a que tu novio te pida formalmente casaros. Es hoy, es ahora cuando te está llamando a que dejes las redes y lo sigas. Te va a hacer pescador de hombres. Nada menos.

 

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